Un estudio realizado en varios centros californianos ha examinado el impacto de los inhibidores de la proteasa del VIH sobre la senescencia celular, hallando que la exposición a atazanavir y ritonavir, una combinación de uso clinico, induce arresto del ciclo celular y la aparición del fenotipo secretor asociado a la ...
Un estudio realizado en varios centros californianos ha examinado el impacto de los inhibidores de la proteasa del VIH sobre la senescencia celular, hallando que la exposición a atazanavir y ritonavir, una combinación de uso clinico, induce arresto del ciclo celular y la aparición del fenotipo secretor asociado a la senescencia en fibroblastos humanos. Estos efectos fueron específicos, ya que no tuvieron lugar con la combinación de darunavir y ritonavir, pudiendo además ser revertidos tras la remoción de los fármacos del cultivo. En un modelo animal que permite trazar las células senescentes, la administración de dosis clínicas de atazanavir y ritonavir durante 8 semanas indujo un envejecimiento manifiesto, con pérdida y cambio de color del pelaje, reducción localizada de los depósitos de grasa corporal y disminución de la densidad ósea, rasgos comúnmente observados en pacientes que han estado expuestos a terapia antiretroviral durante largo tiempo. En estos animales la senescencia celular fue más acentuada en el tejido adiposo subcutáneo, en un efecto consistente con la lipodistrofia característica de los pacientes tratados. Los investigadores constataron que el cese del tratamiento durante 10 semanas restablece el fenotipo normal, eliminando las células senescentes en múltiples tejidos y restaurando la funcionalidad del corazón, a niveles similares a la de ratones que no habían recibido nunca estos fármacos.
Judith Campisi, científica del Buck Institute for Research on Aging y co-directora del estudio, afirma que lopinavir, atazanavir y ritonavir no sólo inhiben la proteasa viral sino también otra humana, lo que afecta el procesamiento de la lamina A, una proteína de la matriz del núcleo celular. Algunas mutaciones inactivantes del gen de la lamina A ya habían sido descritas como causantes de progeria, o envejecimiento prematuro. Los hallazgos sugieren que los pacientes con VIH podrían beneficiarse de un cambio con un inhibidor que esté exento de estos efectos adversos.
