Afortunadamente, cada vez más personas se preocupan por tener una piel bonita y luminosa, algo que no deja de ser el reflejo de una piel sana. Una de las claves para lograrlo se encuentra en adquirir una rutina de cuidado diario adecuada. Los pasos principales que se deben incluir, independientemente ...
Afortunadamente, cada vez más personas se preocupan por tener una piel bonita y luminosa, algo que no deja de ser el reflejo de una piel sana. Una de las claves para lograrlo se encuentra en adquirir una rutina de cuidado diario adecuada. Los pasos principales que se deben incluir, independientemente del tipo de piel, son cinco: limpieza, sérum, contorno de ojos, hidratación y fotoprotección.
Limpieza facial
La base de una piel bonita y saludable es la limpieza, por eso siempre tiene que ser el primer paso del ritual. Por la mañana, la higiene facial ayuda a eliminar los restos de los productos que se han aplicado por la noche, así como el sudor y demás toxinas que la piel puede tener. Por la noche, la limpieza es importante, tanto si uno se maquilla como si no, para eliminar los restos de los productos, así como las partículas de contaminación, el sudor y la suciedad que la piel acumula durante toda la jornada.
Básicamente, si la piel no está limpia, no podrá estar luminosa, hidratada y radiante. Además, es importante tener en cuenta que aplicar cremas y cualquier producto sobre una piel que está sucia hará que pierdan eficacia. Se recomienda finalizar la limpieza con la aplicación de un tónico para cerrar los poros.
Sérum
Los sérums se caracterizan por tener una textura más espesa que la de los tónicos y con una mayor concentración de ingredientes activos para tratar problemas específicos como manchas, arrugas o líneas de expresión. Se trata de un uso totalmente complementario con el tónico, que hidrata y recupera la piel por completo después de su limpieza.
Uno de los sérums más utilizados hoy en día son los de vitamina C, ya que cuentan con numerosos beneficios para el cuidado de la piel. Gracias a sus propiedades, favorece a restauración de la capa lipídica a nivel de la epidermis, restableciendo así su función protectora y disminuyendo la inflamación. Y contribuye a disminuir la formación de melanina, el pigmento que colorea nuestra piel y que está implicado en la aparición de manchas. Por otro lado, los sérums de ácido hialurónico también copan gran parte del mercado actual. En este caso, se trata de hidratar la piel en profundidad y tratar la sequedad cutánea, rellenando los surcos de las arrugas y dotando de grandes cantidades de agua al rostro. En definitiva, sea cual sea el producto que escojamos, es relevante destacar que tan importante como saber qué sérum elegir, es la forma de aplicarlo.
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