Rastrean la asociación entre enfermedades renales y su repercusión en el sistema cardiovascular

Los riñones y el corazón son órganos que se comunican entre sí de manera extensa y directa, de ahí el interés por encontrar asociaciones entre diferentes tipos de lesiones renales y enfermedades cardíacas.

09/03/2023

La enfermedad renal crónica (ERC) es un factor de riesgo independiente de patologías cardíacas, como ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares o insuficiencia cardíaca. En este sentido, un nuevo estudio realizado por investigadores del Brigham and Women´s Hospital, miembro fundador del sistema de atención médica Mass General Brigham, y el Boston Medical ...

La enfermedad renal crónica (ERC) es un factor de riesgo independiente de patologías cardíacas, como ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares o insuficiencia cardíaca. En este sentido, un nuevo estudio realizado por investigadores del Brigham and Women´s Hospital, miembro fundador del sistema de atención médica Mass General Brigham, y el Boston Medical Center (BMC) (EEUU), analizaron esta relación con mayor detalle al examinar tejido renal recolectado durante biopsias clínicamente indicadas.

En dicho trabajo, publicado en ´JAMA Cardiology´, el equipo expone asociaciones entre diferentes tipos de lesiones renales, marcadores de progresión de la ERC y enfermedades cardíacas en 597 adultos sin antecedentes de enfermedad cardíaca de la cohorte de biopsia renal de Boston.

"Los riñones y el corazón son órganos que se comunican entre sí de manera extensa y directa", recordó el autor principal Leo F. Buckley, del Departamento de Farmacia de Brigham. "Nuestro estudio ayuda a ilustrar más claramente cómo se relaciona el riñón con el corazón. Analizamos un trozo de tejido recolectado del riñón para ver si las lesiones en él están asociadas con diferentes tipos de enfermedades del corazón".

Relación bidireccional

La asociación entre las lesiones de biopsia de la enfermedad renal y el riesgo de enfermedad cardíaca y muerte no se ha estudiado fuera de pequeños estudios de cohortes en el pasado. Estos estudios previos también se basaron en medidas tradicionales de enfermedad renal, como la tasa de filtración glomerular estimada (eGFR) que cuantifica qué tan bien está funcionando el riñón o la albuminuria, la cantidad de proteína en la orina como resultado del daño renal. El uso de la información de la biopsia proporcionó una mayor comprensión de la asociación entre la enfermedad renal y la cardíaca que era independiente de la información proporcionada por la TFGe y la albuminuria.

"Sabemos desde hace años que los pacientes con insuficiencia renal tienen un alto riesgo de morir por enfermedad cardíaca y que los pacientes con enfermedad cardíaca a menudo tienen una disfunción renal subyacente. Nuestro estudio trató de comprender esta relación bidireccional observando directamente las anomalías renales observadas bajo el microscopio por patólogos expertos y vinculándolas con resultados clínicos importantes que son importantes para nuestros pacientes", explicó el autor principal, el Dr. Sushrut Waikar, jefe de Nefrología en Boston. Medical Center y la cátedra Norman G. Levinsky de Medicina en la Facultad de Medicina Chobanian y Avedisian de la Universidad de Boston.

Para realizar su estudio, Buckley, Waikar y sus colegas usaron tejido recolectado de la Cohorte de Biopsia de Riñón de Boston, que incluye muestras proporcionadas por tres hospitales en Boston: Massachusetts General, Brigham and Women´s Hospital y Beth Israel Deaconess Medical Center. Se proporcionaron puntajes semicuantitativos para las anomalías en el riñón que se observaron a través del microscopio. Tras estos hallazgos, fueron analizados junto con el diagnóstico clinicopatológico de ERC de las historias clínicas de los pacientes. Dos investigadores también identificaron eventos cardiovasculares mediante la revisión retrospectiva de todos los encuentros hospitalarios y registros médicos de pacientes hospitalizados y ambulatorios.

Los científicos encontraron que durante una mediana de 5,5 años de seguimiento, se produjeron eventos cardiovasculares adversos importantes, como insuficiencia cardíaca, accidente cerebrovascular, ataque cardíaco y muerte, en 126 participantes. Se destacaron dos anomalías anatómicas renales: la acumulación excesiva de sustancias en el mesangio de la unidad de filtración renal ("expansión mesangial") y el engrosamiento de las paredes de los vasos sanguíneos pequeños ("esclerosis arteriolar") se vincularon con un mayor riesgo de enfermedad cardíaca. Además, las personas con diagnósticos de enfermedad renal vascular, un diagnóstico de enfermedad renal diabética o una mayor gravedad de las lesiones renales crónicas se asociaron con un mayor riesgo de eventos cardiovasculares.

"Descubrimos que las personas que tenían diabetes grave y lo suficientemente prolongada como para provocar daño renal también tenían un alto riesgo de enfermedad cardíaca", indicó Buckley. "Realmente conectamos el corazón, los riñones y la diabetes".

Estas asociaciones fueron independientes de otros factores de riesgo clínico, como la presión arterial alta y la diabetes, así como de la medida tradicional de filtración renal, eGFR y proteinuria, o niveles de proteína en la orina. La eGFR se calculó utilizando la ecuación dependiente de la raza basada en la creatinina que se utilizó clínicamente en el momento en que se inscribieron los pacientes.

"Cuando los médicos están considerando el manejo de la enfermedad renal, también podrían estar pensando en la enfermedad cardíaca del paciente", resumieron estos autores.

No obstante, consideran que se necesitan más estudios para desenredar las conexiones específicas entre el riñón y el corazón que dan lugar a la expansión mesangial y la esclerosis arteriolar y examinar si las lesiones renales pueden ser un objetivo terapéutico para reducir el riesgo de enfermedad cardíaca.

Autor: IM Farmacias
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