Los aceites esenciales tienen cada día más importancia. Tenemos cada vez más productos de fitoterapia, y uno de los campos estelares son los aceites esenciales, probablemente por su eficacia. "Antes costaba encontrar farmacias que trabajasen los aceites esenciales. Ahora hay mucha más evidencia porque a los investigadores les llama atención. ...
Los aceites esenciales tienen cada día más importancia. Tenemos cada vez más productos de fitoterapia, y uno de los campos estelares son los aceites esenciales, probablemente por su eficacia. "Antes costaba encontrar farmacias que trabajasen los aceites esenciales. Ahora hay mucha más evidencia porque a los investigadores les llama atención. Hace falta quizá más rigor porque a veces lo que se pone de moda se usa de cualquier manera, así que el papel del farmacéutico es clave", ha subrayado Alfredo Quevedo, farmacéutico responsable de la comunicación científica de Pranarôm Internacional, al inicio de la ponencia `Novedades en evidencia científica sobre aceites esenciales.´, patrocinada por Pranarôm, y moderada por Josep Allué, vocal de Plantas Medicinales y Homeopatía del COF de Barcelona.
"El farmacéutico es la persona que dispensa, tiene que tener el conocimiento técnico de las plantas, pero ser garante también de la calidad. Tenemos que exigir que lo que dispensamos sea seguro y eficaz", ha señalado Quevedo, quien ha recordado que los aceites esenciales son extractos muy concentrados que se obtienen pro destilación al vapor de las plantas aromáticas o de órganos de esas plantas. Se compone de un centenar de moléculas terpénicas y aromáticas especialmente activas y originales para la salud diaria. "Las plantas no son fábricas, no son precisas y no fabrican exactamente lo mismo cada año. Por ello, hay que hacer un control exhaustivo en cada lote para ver que la composición no ha variado demasiado. Este trabajo tenemos que exigirlo a los laboratorios desde la farmacia".
Medicina basada en la evidencia
Sin duda, los aceites esenciales están basados en la medicina de la evidencia. Una evidencia que se refleja en el empleo tradicional que lleva haciéndose de ellos durante años; las publicaciones científicas; las monografías sobre plantas de la EMA; y los medicamentos que existen a base de aceites esenciales, sobre todo en otros países. Con todo, "el potencial es muy fuerte, las principales áreas de aplicación son los tratamientos de infecciones, del dolor crónico o del sistema trastorno, como salud mental o las patologías neurodegenerativas". Sin duda, para Quevedo, "los aceites esenciales responden a nuestro contexto actual y a nuestras necesidades de salud".
A continuación, el farmacéutico responsable de la comunicación científica de Pranarôm Internacional ha detallado algunos de los estudios en los que se detalla esta evidencia científica. Así, por ejemplo, el aceite esencial de lavanda alivia la inflamación de la piel, por lo que es apto para la dermatitis o psoriasis. "No se aplica puro en la piel, sino que se tendría que diluir en un aceite vegetal a un porcentaje de 3-5%".
Por su parte, la artumerona, que deriva de la cúrcuma, tiene acción antiinflamatoria y analgésica por su acción antioxidante. Así, "el aceite esencial de cúrcuma es un activo interesante para tratar la inflamación".
"Otra molécula de moda es el beta-cariofileno, que inhibe la migración leucocitaria. Son capaces de actuar sobre el receptor cb2, un receptor cannabinoide que se ocupa de la inflamación y del dolor neuropático, entre otros. Con lo cual los aceites esenciales con esta molécula se usan para patología reumática y dolor neuropático".
También ha hablado sobre los dolores de tipo espasmo, que suelen tener poco tratamiento desde la farmacia. En este contexto, una opción puede ser el uso de aceite esencial de origanum majorana, cuya aplicación tópica es la más sencilla. El mentol, por su parte, también tiene comprobada su acción antiespasmódica.
En cuanto a los dolores dentales, el aceite esencial de clavo es un gran compañero. Quevedo ha explicado un estudio llevado a cabo en el que se demostró su eficacia similar a los AINEs para tratar el dolor a nivel dental. "La eficacia es similar pero el aceite esencial no requiere inyección (se ahorra, así, personal) y el efecto es más rápido, y menos efectos secundarios.
Otro apunte de la ponencia de gran interés ha sido el uso de aceites esenciales a través de la vía olfativa. De hecho, se ha visto que hay aceites esenciales que simplemente inhalando son capaces de aliviar el dolor, porque modulan centros de control del sistema nervioso y neurotransmisores.
También ha mostrado evidencia del uso de aceites esenciales en aspectos como la salud mental (el aceite esencial de lavanda o el ylang ylang.
Quevedo ha concluido la ponencia con un consejo a los asistentes: "Formaros todo lo que podáis para convertiros en el educador sanitario de vuestros pacientes".
