Microbiota intestinal saludable: dieta mediterránea, ­fibra y probióticos

Por Lidia Barrajón, farmacéuticaortopeda, coach personal y nutricional

17/03/2023

Hipócrates ya nos avanzó que "toda enfermedad comienza en el intestino". Hoy, sabemos que el desequilibrio de nuestras bacterias intestinales, es decir, la disbioisis intestinal, se asocia a enfermedades inflamatorias, autoinmunes, metabólicas, neoplásicas y mentales. La composición de la microbiota intestinal es diferente para cada individuo y varía por múltiples ...

Hipócrates ya nos avanzó que "toda enfermedad comienza en el intestino". Hoy, sabemos que el desequilibrio de nuestras bacterias intestinales, es decir, la disbioisis intestinal, se asocia a enfermedades inflamatorias, autoinmunes, metabólicas, neoplásicas y mentales. La composición de la microbiota intestinal es diferente para cada individuo y varía por múltiples factores, entre los que se encuentran: origen geográfico, edad, sexo, etnia, consumo de fármacos (antibióticos), gestión de emociones (estrés) y alimentación. Los hábitos alimenticios son, por tanto, uno de los factores modificables con los que contribuir a la mejora del equilibrio de nuestra microbiota intestinal. Seguir una dieta mediterránea, asegurar un consumo adecuado de fibra y usar probióticos en determinadas circunstancias, nos ayuda al mantenimiento de la salud intestinal y global, y en la farmacia podemos inculcarlo.

Alimentación y microbiota intestinal

Cuando nacemos, el tipo de alimentación configura nuestra microbiota intestinal. Así, los niños amamantados poseen una población más abundante en Bifidobacterium y Lactobacillus, mientras que los alimentados con leche de fórmula presentan una microbiota con especies de Bacteroides y Escheria coli. En la etapa adulta, en términos generales, la microbiota intestinal se encuentra constituida por cinco filos: Firmicutes, Bacteroidetes, Actinobacterias, Proteobacterias y Verrucomicrobia. Con nuestros hábitos alimenticos y los alimentos que escogemos podemos hacer que en nuestro intestino aumenten determinadas bacterias, y éstos son algunos ejemplos observados:

-La abundancia de Bifidobacterium aumenta con el consumo de leche.

-La abundancia de Streptococcus aumenta con el consumo de yogur.

-La abundancia de Eubacterium eligens aumenta en individuos que siguen una dieta vegetariana o una dieta mediterránea.

-La abundancia de Flavonifractor aumenta con el consumo de bebidas azucaradas y alimentos procesados.

Diversos estudios asocian la abundancia de Flavonifractor con depresión, trastorno bipolar y cáncer colorrectal. Asimismo, a la capacidad de modulación de la composición de nuestras bacterias intestinales por la alimentación, se le suma la capacidad de resiliencia de las mismas, es decir, al mejorar nuestros patrones alimentarios podemos recuperar nuestras bacterias previas a la perturbación.

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