Su actual titular es María José Gómez de Agüero. Ella pertenece a la tercera generación y espera no ser la última. La Farmacia Óptica GA, situada en el número 163 de la madrileña Calle de Santa Engracia, abrió sus puertas en 1932. Su abuelo Juan tenía otra botica en Toledo, ...
Su actual titular es María José Gómez de Agüero. Ella pertenece a la tercera generación y espera no ser la última. La Farmacia Óptica GA, situada en el número 163 de la madrileña Calle de Santa Engracia, abrió sus puertas en 1932. Su abuelo Juan tenía otra botica en Toledo, y en aquel entonces se fue para Madrid. Más adelante, hasta que se jubiló hace 25 años, se hizo cargo de ella su padre Pedro que, por cierto, fue presidente del Colegio de Farmacéuticos de Madrid.
"Lo llevamos en la sangre. Hemos crecido en una farmacia. Yo salía del colegio y me venía aquí", comenta María José, cuya hermana también es farmacéutica. Respecto a cómo percibe la farmacia asistencial, declara que "hay que estar mucho tiempo en la farmacia". Se considera "farmacéutica de a pie". Insiste en que "la profesión está cambiando" y repite que "hay que estar todo el día en la farmacia".
De barrio
Le preguntamos cómo ha evolucionado el día a día de su farmacia desde que ella se hiciera la responsable. Relata que han llevado a cabo tres reformas para adaptarse a la demanda de su público, incorporando nuevos servicios como dermocosmética, nutrición y ortopedia. Cuando la cogió, su padre la tenía blindada. Lo primero que hizo fue quitar el blindaje. Abren 12 horas desde hace 15 años. "Creemos que el cierre a mediodía no es europeo", confiesa. Ésta es una farmacia de barrio, de unos 50-60 metros cuadrados, con más de 90 años.
Destaca que la zona alta de Chamberí, que es donde están, es como "un pequeño pueblo". "Tenemos acceso a la mayoría de los servicios andando", afirma. La población es "sobre todo mayor, pero últimamente se ven más parejas jóvenes y estudiantes". De renta media. Quien acude a la farmacia requiere una atención personalizada: "Nos piden todo tipo de consejo, desde cómo tomar un medicamento hasta un consejo personalizado en cosmética, capilar o nutrición". Quien se queda un rato en ella, lo comprueba. El trato es muy familiar. "Nosotros conocemos a casi todo el mundo que entra", señala María José. Va gente de paso, pero mucho menos que antes. Sostiene que, desde que se teletrabaja, el paso ha disminuido bastante.
¿Cómo visualiza la farmacia al futuro? "Depende, la esencia del medicamento va a cambiar. Van a ser terapias mucho más personalizadas, con lo cual nosotros no sabemos dónde nos vamos a quedar", reflexiona. No están cerca de un hospital. Desde el ambulatorio más cercano, "se pasa por otras siete farmacias". Para que alguien vaya allí con una receta es porque confía en ellos. Su secreto para esto, aparte de la simpatía, es la cualificación. Apuestan totalmente por la formación. "Somos prácticamente todos farmacéuticos", remarca. El equipo, que está totalmente consolidado, está formado por tres farmacéuticos y dos auxiliares.
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