El embarazo produce una condición muy especial desde el punto de vista inmunológico. Aunque la mitad del material genético del feto proviene del padre, no es rechazado por el sistema inmunitario de la madre. Una de las razones por las que este acto de equilibrio casi siempre tiene éxito es ...
El embarazo produce una condición muy especial desde el punto de vista inmunológico. Aunque la mitad del material genético del feto proviene del padre, no es rechazado por el sistema inmunitario de la madre. Una de las razones por las que este acto de equilibrio casi siempre tiene éxito es que durante el embarazo el sistema inmunitario de la madre se adapta para volverse más tolerante.
En la esclerosis múltiple, la función nerviosa se ve obstaculizada debido a que el sistema inmunitario ataca la grasa que actúa como una cubierta aislante alrededor de las fibras nerviosas. Los nervios se inflaman, lo que podría dañarles.
En este contexto, investigadores de la Universidad de Linköping (Suecia) se propusieron averiguar qué mecanismos podrían ser de particular importancia para la disminución de los síntomas durante el embarazo, como un paso para encontrar futuras estrategias de tratamiento que produzcan el mismo efecto en la EM y posiblemente también en otras enfermedades similares.
El estudio, publicado en ´Journal of Neuroinflammation´ se centró en las células T, que desempeñan un papel importante en el sistema inmunitario. Además, las células T juegan un papel clave en la conducción de la EM y son importantes durante el embarazo. El estudio comparó a 11 mujeres con EM con 7 mujeres sanas a las que se les tomaron muestras de sangre antes, durante y después del embarazo.
Para comprender lo que sucede en las células inmunitarias, los investigadores identificaron los genes utilizados en las células T en varios momentos durante el embarazo. También estudiaron los cambios que regulan la activación y desactivación de los genes, es decir, los cambios epigenéticos. En su estudio, los investigadores observaron más específicamente uno de esos mecanismos de regulación llamado metilación del ADN.Sandra Hellberg
"En realidad no pudimos encontrar ninguna diferencia real entre los grupos durante el embarazo, ya que parece que el sistema inmunitario de una mujer embarazada con EM se parece más o menos al de una mujer embarazada sana", indicó Sandra Hellberg, asistente profesor del Departamento de Ciencias Biomédicas y Clínicas de la Universidad de Linköping y uno de los investigadores del estudio.
Los investigadores encontraron redes de genes que interactúan y que se ven afectados durante el embarazo. Su estudio muestra que estos genes están relacionados en gran medida con la enfermedad y con procesos importantes en el sistema inmunológico.
"Podemos ver que los cambios en las células T reflejan la mejora en la frecuencia de las recaídas. Los mayores cambios ocurren en el último tercio del embarazo, y aquí es donde las mujeres con EM mejoran más. Estos cambios luego se revierten después del embarazo en el momento en que hay un aumento temporal en la actividad de la enfermedad. Es importante recalcar que la actividad de la enfermedad a partir de entonces vuelve a ser la que era antes del embarazo", según Sandra Hellberg.
La red de genes afectados durante el embarazo también incluía genes regulados por hormonas del embarazo, principalmente progesterona. Los investigadores ahora están probando varias hormonas en el laboratorio en un intento de imitar los efectos observados en el estudio, para ver si pueden ser parte de una posible estrategia de tratamiento futuro.
Esta investigación es el resultado de una larga colaboración entre investigadores en medicina y bioinformática. Una parte clave del proyecto ha sido comprender la gran cantidad de datos analizándolos mediante lo que se conoce como análisis de redes, desarrollado durante muchos años por, entre otros, un grupo de investigación dirigido por Mika Gustafsson en la Universidad de Linköping
