Los desechos plásticos médicos que incluyen jeringas y máscarillas, entre otros muchos, se han convertido en un problema ambiental importante. Durante la pandemia de Covid-19, los desechos plásticos médicos crecieron un 40% y gran parte de ellos terminaron en vertederos, ya que la mayor parte del plástico no se puede ...
Los desechos plásticos médicos que incluyen jeringas y máscarillas, entre otros muchos, se han convertido en un problema ambiental importante. Durante la pandemia de Covid-19, los desechos plásticos médicos crecieron un 40% y gran parte de ellos terminaron en vertederos, ya que la mayor parte del plástico no se puede reciclar de manera efectiva mediante el procedimiento mecánico convencional.
De esta forma, un equipo de investigación de la Universidad de Canterbury (Reino Unido) se ha marcado como objetivo convertir los desechos plásticos médicos en energía renovable mediante pirólisis catalítica. La pirólisis es una técnica para convertir materiales de desecho que contienen carbono, como los plásticos, en combustibles sólidos, líquidos y gaseosos. La descomposición térmica ocurre en ausencia o suministro limitado de oxígeno y usando calor. "Nuestra tecnología dará rienda suelta al enorme potencial del uso de plásticos de desecho como una fuente densa de energía, ofreciendo una solución a la acumulación global de vertederos", explicó el profesor Alex Yip, ingeniero químico y de procesos de la citada Universidad.
Combustible sostenible
"Al combinarla con una técnica efectiva de captura de dióxido de carbono, la tecnología de pirólisis catalítica podrá producir combustibles líquidos de manera sostenible que sean adecuados para los motores", según dichos investigadores, "la composición del combustible podría ir destinada a combusible para barcos de pesca, transbordadores de cruceros y equipos de construcción pesados".
"No está previsto poner fin al uso de plásticos médicos en el futuro previsible, y pasarán décadas antes de que cualquier transición pueda superar la cantidad de desechos médicos que terminan en vertederos, por lo que queríamos encontrar una manera de dar vida útil de estos residuos plásticos", indicó el profesor Yip.
Además, al convertir los desechos plásticos destinados a los vertederos en energía útil, se queman menos combustibles fósiles para obtener nueva energía, lo que reduce las emisiones de gas, carbón y madera de la combustión.
Los hornos utilizados en la pirólisis pueden alcanzar los 1100°C para una combustión más limpia e incinerar alrededor del 90 por ciento de la masa total. Los hidrocarburos más pequeños pueden luego refinarse en diesel (combustible) y otros materiales petroquímicos. La tecnología también tiene el potencial de manejar películas de empaque, bolsas y materiales de múltiples capas que la mayoría de los recicladores mecánicos no pueden.
El equipo del proyecto está actualmente buscando asociaciones de la industria para avanzar y mejorar el proceso hasta ponerlo en marcha.
