Vivir a una distancia superior a 360 metros de espacio verde, entendido este desde un campo hasta un parque, pasando por una zona boscosa, o azul como la playa, un lago, un puerto, etc. podría acarrear mayores probabilidades de sufrir ansiedad y depresión, según se desprende de un reciente estudio ...
Vivir a una distancia superior a 360 metros de espacio verde, entendido este desde un campo hasta un parque, pasando por una zona boscosa, o azul como la playa, un lago, un puerto, etc. podría acarrear mayores probabilidades de sufrir ansiedad y depresión, según se desprende de un reciente estudio realizado en la Universidad de Liverpool (Reino Unido), que ofrece una amplia evaluación del efecto para la salud mental, de la exposición a espacios verdes y azules durante un período de 10 años.
El trabajo, publicado en ´The Lancet Planetary Health´, hace hincapié en que invertir en mejores espacios verdes públicos podría traer beneficios de salud mental para todos, pero particularmente para quienes viven en áreas más desfavorecidas.
"Nuestro estudio ha demostrado que es probable que los espacios verdes y azules protejan a las personas de la necesidad de consultar a su médico de cabecera por ansiedad o depresión, y, sobre todo, en lugares donde se dispone de menos recursos en general. vVivir cerca de estos espacios parece tener un efecto protector mayor que para las personas que viven en zonas con más recursos", según expresó lSarah Rodgers, profesora de Informática de la Salud en la Universidad de Liverpool.
Equidad en salud ambiental
Dicho trabajo confirma, por una parte, que los entornos naturales alrededor de la población realmente benefician la salud mental. Asimismo, los beneficios parecen mayores para quienes corren mayor riesgo, por lo que existe un enorme potencial para abordar la brecha de salud entre las personas más ricas y las más pobres.
Por otra parte, la evidencia de equidad en salud ambiental muestra la importancia de mejorar los entornos construidos mediante la inclusión de espacios verdes y azules apropiados para mejorar la salud y el bienestar de todos los adultos, especialmente aquellos que viven en las zonas más desfavorecidas.
"Proporcionar espacios urbanos verdes y azules también puede generar beneficios colaterales adicionales de creación de empleo o alimentos, promoción de la biodiversidad, prevención de inundaciones y secuestro de carbono, por lo que es una inversión social y de salud pública", destacó, por su parte, la Dra. Rebecca Geary, profesora de Epidemiología y Salud Pública de la Universidad de Liverpool.
De ahí que los investigadores instan a estudios futuros para investigar por qué quienes viven en áreas de ingresos más bajos y más altos se ven afectados de manera diferente por el acceso y la exposición a espacios verdes y azules. "Necesitamos asegurarnos de que aquellos que más lo necesitan y que más se beneficiarán tengan acceso a estos espacios verdes y azules gratuitos, ayudando a proteger la salud de nuestra población". tal como concluyen.
