Durante la sesión técnica Abordaje del paciente anticoagulado desde la farmacia, este viernes en el 23 Congreso Nacional Farmacéutico, se dio a conocer, con el fin de visibilizarla, la realidad clínica del paciente que usa anticoagulantes orales, y la complejidad de su tratamiento, así como el beneficio que de los ...
Durante la sesión técnica Abordaje del paciente anticoagulado desde la farmacia, este viernes en el 23 Congreso Nacional Farmacéutico, se dio a conocer, con el fin de visibilizarla, la realidad clínica del paciente que usa anticoagulantes orales, y la complejidad de su tratamiento, así como el beneficio que de los servicios farmacéuticos asistenciales puede obtener.
Elena Vega Martín, coordinadora del Departamento de Formación del Consejo General de Colegios Farmacéuticos, introdujo el tema. "El tratamiento anticoagulante se utiliza en la prevención de la enfermedad tromboembólica", comentó. Sostuvo que es importante que el farmacéutico lo conozca y colabore con otros profesionales sanitarios.
Montserrat Iracheta Todó, profesora asociada Universidad de Barcelona y farmacéutica comunitaria en Barcelona, afirmó que son pacientes de los que hay que estar pendientes. Una de las cosas más importantes es detectar a un paciente con riesgo de arritmia, tomar su pulso, saber cuándo puede ser regular o irregular, si hay que derivarlo al médico y saber cómo actuar. ¿Quién necesita tomar anticoagulantes? Personas que hayan tenido un trombo: trombosis venosa profunda (piernas), tromboembolismo pulmonar, infarto agudo de miocardio o tromboembolismo cerebral. Personas con riesgo a sufrir un trombo: arritmias cardíacas (por ejemplo, fibrilación auricular) o con válvulas cardíacas. Una de las recomendaciones se encuentra en las vistas periódicas para medir el efecto del tratamiento. Lo suyo es tomar la medicación cada día a la misma hora. En caso de olvido, no doblar la dosis. Estar pendientes de los efectos adversos, como sangrado de encías o hematomas. La idea es ayudar a los pacientes desde la farmacia.
Se centró en los anticoagulantes de acción directa (ACOD). Los que encontramos en nuestro país son pradaxa, xarelto, elquis y lixiana. Tienen un inicio de acción más rápido, menos interacciones documentadas de alimentos y medicamentos. La administración a dosis fijas no tiene necesidad de una monitorización de INR de rutina. "Se puede comenzar a trabajar con temas de cumplimiento", aseveró. Subrayó que funcionan, que no suele haber rechazo.
Antes de iniciar el tratamiento, es indispensable evaluar las funciones hepática y renal. En el caso de rivaroxabán, apixabán y edoxabán, se aconseja evitarlos cuando se aprecie un deterioro moderado o grave de la función hepática o exista coagulopatía. En el caso de la función renal, el valor del aclaramiento de creatinina determina si es posible usarlos y las dosis más adecuadas en cada caso. Una de las limitaciones que se desconoce si se está sobreestimando pacientes adherentes, por recoger los envases en la farmacia. Se desconoce realmente si se los toman. El paciente cumplidor es "el que te trae un blíster con medicación", porque se ha olvidado en algún momento dado. Consideró que es "el que no te engaña". El hecho de vivir solo es uno de los factores en falta de cumplimiento. Alegó que hay que insistir en el tema del cumplimiento.
Para el abordaje de los ACOD, hay que desarrollar herramientas de ayuda a la prescripción y seguimiento de los tratamientos con anticoagulantes orales e incorporarlos en los sistemas de prescripción electrónica y de validación, con alertas o recordatorios sobre duplicidades de anticoagulantes, dosis aconsejadas, dosis máximas, dosis recomendadas, si hay interacciones medicamentosas y la frecuencia o requerimientos de monitorización. Admitió que la coordinación con Atención Primaria es necesaria mientras no haya acceso a la historia farmacológica del paciente. La persona con fabricación auricular tiene cierto riesgo de sufrir un ictus: 5-6 veces más frecuente que en la población de referencia. Suponen uno de cada cuatro ictus. La fibrilación auricular es una de las principales causas de accidente cerebrovascular.
Las farmacias comunitarias son centros sanitarios excelentes para transmitir información sanitaria, como la importancia de las arritmias y su óptimo tratamiento. La participación de los farmacéuticos comunitarios en el cribado de la fibrilación auricular disminuye el porcentaje de fibrilación auricular desconocida y mejora la calidad de su tratamiento. La coordinación con atención primaria y especializada es imprescindible.
Entre sus conclusiones, "como farmacéuticos comunitarios, tenemos suficientes herramientas para conseguir una mejora en el control del paciente anticoagulado mejorando su adherencia al tratamiento farmacológico". Añadió que es necesario participar en campañas sanitarias como el know your pulse que permiten una detección precoz del pulso irregular. Instó a publicar resultados para que "la profesión crezca". Avisó de que no hay que olvidar la importancia de trabajar coordinados con los centros sanitarios.
