¿Cómo hay que cuidar el rostro en cada etapa de la vida?

La piel va cambiando con los años, y su cuidado es un trabajo a largo plazo. No en vano, el 80% de la radiación solar dañina se recibe antes de los 18 años.

21/02/2024

A medida que pasan los años la piel va a cambiando, exactamente igual que el resto del cuerpo. Por lo tanto, también cambian sus ritmos y necesidades. La cuestión es: ¿cómo debemos cuidarla en las diferentes etapas de la vida? La Fundación Piel Sana, una organización sin ánimo de lucro ...

A medida que pasan los años la piel va a cambiando, exactamente igual que el resto del cuerpo. Por lo tanto, también cambian sus ritmos y necesidades. La cuestión es: ¿cómo debemos cuidarla en las diferentes etapas de la vida? La Fundación Piel Sana, una organización sin ánimo de lucro impulsada por la Academia Española de Dermatología (AEDV), recuerda que es un trabajo "a largo plazo", por lo que su cuidado es un hábito que hay que tener en cuenta durante toda la vida, y no solamente pensando en el día a día.

Existe un ejemplo muy claro que ilustra esta idea. Cada vez la población es más consciente de la importancia vital de usar protección solar a diario, sabiendo que la exposición excesiva a los rayos UVA está relacionada con más del 90% de los cánceres de piel. El daño que causan los distintos tipos de rayos en el ADN es acumulativo y, por eso, hay que prevenirlo desde edades muy tempranas.

Además, la Academia Española de Dermatología calcula que el 80% de la radiación dañina se recibe antes de los 18 años, pero la falta de preocupación entre los más jóvenes es evidente, según los datos de la encuesta Heliocare que elabora Cantabria Labs, y cuya primera conclusión es que son los jóvenes en su conjunto, y los hombres en general, los dos grupos de población que peor lo hacen.

Así pues, la memoria de la piel no es ningún mito, sino que se trata de un fenómeno que tiene relación con el daño celular acumulado. Para evitarlo, es indispensable empezar a cuidarla desde el nacimiento. No en vano, la piel es el órgano más grande del cuerpo humano y mantenerla sana es sinónimo de salud.

La piel en la infancia, la etapa más delicada

La piel de los recién nacidos es muy diferente a la piel de los adultos: es hasta diez veces más fina, se seca con facilidad y resulta más propensa a alergias e irritaciones. Es decir, tiene una serie de características propias: aún no ha desarrollado del todo las defensas que le ayudan a protegerse de determinadas bacterias, su función termorreguladora no funciona al 100%, pierde y absorbe agua con mayor rapidez, presenta una mayor reactividad vascular (se enrojece o palidece más fácilmente), sus glándulas sudoríparas son más activas, cuenta con una menor capacidad de sintetizar melanina y, en general, es menos resistente y tolerante a las agresiones externas. Por lo tanto, pasa por muchos cambios en su apariencia y textura, y hasta los tres años no se desarrolla por completo. Es sobre esa edad cuando su barrera cutánea, la encargada de defender al bebé de las agresiones medioambientales (frío, viento, sol, aire seco...), se habrá terminado de desarrollar. Todo lo cual conlleva que la piel del bebé, tan frágil y delicada, precise de un cuidado especial.

Igual que es preciso cambiar los pañales del bebé habitualmente, utilizar geles neutros y secar bien las zonas con pliegues después del baño para evitar humedades, utilizar prendas de algodón naturales y no utilizar cremas fotoprotectoras hasta los seis meses en el rostro, la regla de oro para un cuidado óptimo de la piel del peque es la higiene diaria, realizada siempre con productos de cuidado específicamente formulados para sus características, hipoalergénicos y probados bajo control dermatológico y pediátrico.

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Autor: IM Farmacias
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