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Quién no ha oído hablar de los retinoides en los últimos años. Si no es en relación con los granitos de la adolescencia, se oye sobre sus efectos antienvejecimiento. La realidad es que este grupo de moléculas, utilizadas como cosméticos y medicamentos, tienen funciones que aportan grandes beneficios a la piel en diferentes vertientes.
Tanto las personas que buscan mejorar su acné como aquellas que persiguen una optimización de su rutina, nos preguntan sobre los retinoides en la consulta o en la oficina de farmacia. Revisemos, por tanto, cuáles son los retinoides más utilizados, para qué sirven y algunos consejos para nuestros pacientes.
¿Qué son?
Los retinoides son moléculas relacionadas con la vitamina A (el retinol es la vitamina A) que tienen la capacidad de activar los receptores RAR (del inglés, retinoic acid receptor) y RXR (receptores x retinoide) intracelulares que actúan como factores de transcripción. Mediante esta interacción tienen la capacidad de aumentar el recambio celular, lo que lleva a una reducción de la queratinización que clínicamente se traduce en una mejoría de los comedones y la textura de la superficie de la piel. Por otro lado, la activación de los receptores RAR tiene cierto efecto antiinflamatorio.
Los principales efectos secundarios derivados de su acción son la sequedad, la irritación y la descamación de la piel. Por este motivo, sea cual sea el retinoide o la vía de uso, es importante explicar estos efectos al paciente, pues su adherencia a la rutina o al tratamiento estará condicionada por una adecuada comprensión de los mismos.
A pesar de esta incomodidad que puedan originar, especialmente al comienzo de uso, son muy seguros y, por vía tópica, pueden utilizarse a largo plazo sin ningún problema, siempre exceptuando su utilización durante el embarazo.
¿Qué tipos hay?
Los retinoides usados de forma tópica se clasifican en función de los receptores de retinoides a los que pueden activar. Así, el ácido retinoico activa tanto los RAR alfa, beta y gamma, siendo estos últimos los que están presentes en la epidermis. Por otro lado, el adapaleno se une al receptor beta y gamma y el trifaroteno solo al RAR-gamma, siendo el retinoide más específico para la piel.
En cosmética es frecuente el uso de moléculas derivadas del ácido retinoico, como el retinol, el retinaldehído o el retinal. La actividad de todas estas moléculas a nivel epidérmico dependerá en último término de su transformación a ácido retinoico, que será el que realmente interactúe con los receptores intracelulares.
¿Para qué se usan?
Acné
El acné es una de las indicaciones estrella de los retinoides. Su efectividad está ampliamente demostrada tanto a nivel oral como tópico.
El retinoide isotretinoína es el tratamiento más efectivo disponible actualmente para el acné. Actúa mediante la activación de los receptores RXR exclusivamente. Se trata de un medicamento oral que presenta unas tasas de respuesta muy elevadas, a través no solo de su capacidad de reducción de la queratinización epidérmica, sino también por la atrofia de la glándula sebácea que puede producir. Su efecto en cuanto a curación del acné es, en muchos casos, definitivo.
La isotretinoína está indicada en casos de acné grave, así como en acné resistente a otros tratamientos o con una extensión muy amplia, abarcando tórax y espalda, en cuyo caso no es posible un manejo con tópicos.
La isotretinoína ha de tomarse durante varios meses. Según los protocolos clásicos, ha de tomarse hasta alcanzar una dosis total acumulada de 120 mg/kg, por lo que la duración dependerá de la dosis diaria a tomar. En cualquier caso, estudios científicos han demostrado que, para casos no graves, ciclos más cortos y a dosis bajas pueden ser suficientes. Lo habitual es individualizar el tratamiento en función de los síntomas y las preferencias de cada paciente.
Además del ácido retinoico, los retinoides adapaleno y trifaroteno tienen también indicación para el acné. Todos ellos ayudan a mejorarlo mediante su efecto no solo comedolítico, sino también antiinflamatorio y despigmentante.
Envejecimiento
Los retinoides cuentan con una ampliamente demostrada evidencia científica que los avala como tratamientos efectivos para el envejecimiento cutáneo.
Hace años ya que el ácido retinoico demostró en estudios científicos que consigue aumentar la elasticidad de la piel, reducir las líneas y arrugas finas, así como igualar el tono y la textura de la piel. Esto es debido a que modifica el grosor de la epidermis (capa más superficial de la piel) e induce la formación de colágeno en la dermis. Es especialmente útil en el envejecimiento debido a la exposición solar más que en el cronoenvejecimiento.
No son pocos, por otro lado, los trabajos que muestran efectividad similar en el caso del retinol con menor capacidad irritativa.
El ácido retinoico es de prescripción, mientras que sus derivados están presentes en productos cosméticos. Una modificación en la regulación europea de estos últimos en abril de 2024 limita la concentración máxima de retinol en productos cosméticos al 0,3 %. Las concentraciones superiores solo podrán ser comercializadas hasta octubre de 2025.
Precauciones importantes
Quizá la advertencia que no debemos evitar en ningún caso en nuestras pacientes o clientes femeninas es recordar que los retinoides son teratogénicos y, por tanto, han de evitarse durante el embarazo, tanto por vía oral como tópica.
En cuanto al uso y aplicación de los retinoides tópicos, es bien conocida su capacidad irritativa, especialmente tras las primeras aplicaciones. La piel desarrolla tolerancia conforme se avanza en el uso, de tal manera que la sensación en la aplicación tras un mes no será igual que la percibida el primer día de uso.
Por esto es importante recordar que el inicio de aplicación sea progresivo, usándolo con concentraciones bajas y menor frecuencia al principio e intensificando el tratamiento poco a poco. La sequedad, rojez o descamación producidas por los retinoides pueden paliarse complementando su uso con una crema reparadora o hidratante a demanda.
En conclusión
Los retinoides son excelentes herramientas médicas y cosméticas para hacer frente a condiciones como el acné o el fotoenvejecimiento. No obstante, de cara a optimizar los resultados tras su uso, recordemos siempre advertir tanto de la teratogenicidad como de la mejor pauta para iniciar su aplicación, minimizando el riesgo de sequedad e irritación.
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