"Hemos hecho un gran esfuerzo para no desatender las necesidades de la población"

La farmacéutica Lourdes Muñoz regenta la botica de un pequeño pueblo de Badajoz, Aillones, y apuesta por la colaboración estrecha con el médico y la prescripción de medicamentos.

10/04/2014

Lourdes Muñoz es una joven farmacéutica que regenta la botica de un pequeño pueblo de Badajoz, Aillones. A pesar de su juventud, los seis años que lleva al frente de la única farmacia del municipio le han valido para atesorar una notable experiencia en el trato directo con la población. Así, ...

Lourdes Muñoz es una joven farmacéutica que regenta la botica de un pequeño pueblo de Badajoz, Aillones. A pesar de su juventud, los seis años que lleva al frente de la única farmacia del municipio le han valido para atesorar una notable experiencia en el trato directo con la población. Así, la principal característica de las farmacias rurales es la relación de confianza y cercanía que se establece entre el profesional y el cliente: esta proximidad a la vida del paciente nos permite ejercer mejor la atención farmacéutica y, por tanto, satisfacer en mayor parte sus necesidades.   

El municipio de apenas mil habitantes se compone de una población envejecida que requiere de una atención completa y global. No es de extrañar, pues, que la mayoría de las visitas acudan en busca de su medicación. A pesar de ello, Lourdes afirma que su labor diaria no se limita a la simple dispensación de fármacos sino que muchos pacientes solicitan consejo farmacéutico. Además, considera que ésta es la principal tarea de cualquier boticario: “ayudar al paciente, explicarle bien su tratamiento, vigilar las posibles interacciones o duplicidades entre fármacos que no se han detectado en el ámbito médico, etc. No debemos ser solamente portadores de precintos”.

Para ello, la colaboración estrecha con el médico es fundamental ya que nos permite tener una visión global del tratamiento de cada paciente y, por tanto, ejercer una atención más personalizada. La labor del farmacéutico debe de entenderse como complementaria al trabajo desarrollado por el médico: nosotros no somos competentes para diagnosticar pero sí estamos formados para subsanar enfermedades menores como un resfriado. Esto nos permite ahorrar costes en salud puesto que el paciente acude con menor asiduidad a la consulta. La entrada de medidas como la receta electrónica han contribuido a agilizar la función de los farmacéuticos y a descongestionar los centros de salud. Así, algunas de las funciones realizadas tradicionalmente por el médico como  la prescripción de medicamentos, ahora son ejercidas por los farmacéuticos puesto que  disponen de más tiempo para atender al paciente. Esto supuso un cambio importantísimo: más comodidad para el paciente y mayor tiempo disponible para los médicos en las consultas.

Sin embargo, otras medidas como el copago causaron gran descontento en la población. Los farmacéuticos han realizado un importante esfuerzo por adaptarse a las nuevas medidas: pusimos de acuerdo el sistema en la farmacia, en el médico y en hacienda quien determina lo que debe pagar el paciente según su poder adquisitivo. En la opinión de Lourdes, el copago tuvo dos efectos: el primero negativo porque la población pasaba de la gratuidad a tener que aportar algo y, el segundo positivo, porque considera que ha servido para reducir el gasto farmacéutico. A pesar de ello, estas medidas no han afectado a la calidad del servicio: hemos hecho un gran esfuerzo para no desatender las necesidades de la población. Lourdes se despide con un mensaje optimista: El modelo sanitario español es uno de los mejores del mundo porque garantiza la accesibilidad del cien por cien de la población al medicamento.

Autor: IM Farmacias
Nuestros Podcasts