Recurren a la investigación para mejorar los patrones de sueño de las personas después de un ictus
Después de un accidente cerebrovascular leve o un accidente isquémico transitorio, los afectados que pasan más tiempo en la cama durmiendo o intentando conciliar el sueño pueden ser más propensos a ver mermadas sus habilidades de pensamiento y memoria así como a cambios en sus cerebros que podrían conducir a la demencia.
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Pasar más tiempo en la cama, cuando parte de ese tiempo puede ser sin dormir debido a dificultad para conciliar el sueño, sueño fragmentado o de mala calidad, entre otros signos, puede ser una señal de un trastorno del sueño. Después de un accidente cerebrovascular leve o un accidente isquémico transitorio ...
Pasar más tiempo en la cama, cuando parte de ese tiempo puede ser sin dormir debido a dificultad para conciliar el sueño, sueño fragmentado o de mala calidad, entre otros signos, puede ser una señal de un trastorno del sueño.
Después de un accidente cerebrovascular leve o un accidente isquémico transitorio (AIT), las personas que pasan más tiempo en la cama durmiendo o intentando dormir pueden ser más propensas a tener puntuaciones más bajas en pruebas de habilidades de pensamiento y memoria y cambios en sus cerebros que pueden conducir a demencia o segundos accidentes cerebrovasculares, según un estudio publicado en 'Neurology' , la revista médica de la Academia Estadounidense de Neurología.
El estudio encontró que tanto las personas con tiempos de cama más largos como con duraciones de sueño más prolongadas eran más propensas a tener estos cambios cerebrales.
El trabajo lo que muestra, en concreto, es una asociación. "Los resultados sugieren que la alteración del sueño puede ser un marcador de salud cerebral adversa, incluso para personas con accidentes cerebrovasculares leves o AIT", según la autora del estudio, Dra. Joanna M. Wardlaw, de la Universidad de Edimburgo en el Reino Unido. "Si bien muchas personas saben que la falta de sueño puede conducir a problemas de salud, se sabe menos sobre los efectos de dormir más tiempo por la noche o pasar mucho tiempo en la cama tratando de compensar los problemas para dormir, ya sea que las personas lo hagan conscientemente o no".
El estudio involucró a 422 personas de Edimburgo y Hong Kong con una edad promedio de 66 años que sufrieron un accidente cerebrovascular leve o un AIT, que también se llama "mini accidente cerebrovascular". Dentro de uno a tres meses después del accidente cerebrovascular, todos los participantes se sometieron a escáneres cerebrales, completaron cuestionarios del sueño y tomaron pruebas cognitivas.
Los participantes obtuvieron una puntuación promedio de un punto en una prueba donde las puntuaciones de uno a cuatro indican un accidente cerebrovascular leve. Las personas que pasaban más tiempo en cama eran más propensas a presentar signos de daño en los vasos sanguíneos pequeños del cerebro, incluyendo un mayor volumen de hiperintensidades en la sustancia blanca, o áreas de la sustancia blanca cerebral donde el tejido cerebral ha sido dañado. También eran más propensas a obtener puntuaciones ligeramente más bajas en la prueba de habilidades de pensamiento y memoria. Las personas que dormían más tiempo eran más propensas a presentar pequeñas áreas de microhemorragias, o microhemorragias, en el cerebro.
"Se necesita más investigación para confirmar estos hallazgos y también para analizar si el sueño prolongado tiene efectos negativos en personas que nunca han sufrido un ictus o un AIT", afirmó Wardlaw. "Por supuesto, también se necesita investigación para determinar si mejorar los patrones de sueño de las personas después de un ictus podría prevenir algunos de estos posibles efectos perjudiciales".
El estudio, que contó con el apoyo del Instituto de Investigación de la Demencia del Reino Unido de la Universidad de Edimburgo, fue puntual y no llevó a cabo un seguimiento de los participantes para observar cambios a lo largo del tiempo, y los investigadores no analizaron la calidad del sueño de los participantes antes de sufrir un ictus.
