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El cáncer de endometrio es el segundo cáncer ginecológico más común y, a pesar de las disminuciones en la incidencia y mortalidad de otros cánceres ginecológicos, sus efectos continúan aumentando. Estas tasas crecientes junto con la escasa esperanza de supervivencia a 5 años en pacientes con la enfermedad avanzada o recurrente ...
El cáncer de endometrio es el segundo cáncer ginecológico más común y, a pesar de las disminuciones en la incidencia y mortalidad de otros cánceres ginecológicos, sus efectos continúan aumentando. Estas tasas crecientes junto con la escasa esperanza de supervivencia a 5 años en pacientes con la enfermedad avanzada o recurrente impulsan la necesidad de nuevos enfoques terapéuticos.
Precisamente, un estudio codirigido por investigadores del Centro Oncológico Integral Jonsson de la Universidad de California-Los Ángeles (EEUU) ha constatado que un tratamiento combinado de inmunoterapia con quimioterapia estándar puede reportar una mejora significativa en la supervivencia de los pacientes con cáncer de endometrio avanzado, además de mejorar la calidad de esa supervivencia prolongada al minimizar el tiempo que se pasa sufriendo los síntomas de la enfermedad o los efectos secundarios graves del tratamiento.
Este nuevo análisis incluyó a 494 adultos con cáncer de endometrio avanzado o recurrente con pocas probabilidades de curación mediante cirugía o radioterapia, investigó más allá de la duración de la vida de los pacientes y se centró en cómo se sintieron durante ese tiempo
Los resultados obtenidos, publicados en el 'International Journal of Gynecological Cancer', apuntan a que los pacientes que recibieron el tratamiento combinado con 'dostarlimab'obtuvieron al menos un 10 % más de tiempo ajustado por calidad de vida sin síntomas de progresión de la enfermedad ni toxicidad del tratamiento, una medida integral que considera la supervivencia, los efectos secundarios del tratamiento y el bienestar percibido por el paciente, en comparación con quienes recibieron quimioterapia sola. En algunos casos, esto se tradujo en hasta 5,5 meses adicionales de vida prolongada y de alta calidad.
Cabe destacar que el estudio reveló que, si bien más pacientes del grupo a las que se les administró dicho tratamiento experimentaron efectos secundarios graves (de grado 3 o superior), el beneficio general de una supervivencia prolongada y de alta calidad superó los riesgos. Los datos sobre la calidad de vida se recopilaron mediante cuestionarios a los pacientes en múltiples momentos. Se emplearon métodos estadísticos, como el análisis de supervivencia y la puntuación de utilidad, para comparar los dos grupos de tratamiento. Según los autores, las complicaciones inmunitarias se controlaron eficazmente y la mayoría de los efectos secundarios graves se presentaron al inicio del tratamiento.