ANDI recuerda que la alimentación infantil está sujeta a las normativas más estrictas para garantizar la seguridad alimentaria

En el marco de la celebración del Día Mundial de la Inocuidad de los Alimentos, ANDI quiere incidir en la rigurosidad con la que la legislación vigente tanto a nivel nacional como internacional garantiza la máxima seguridad en la producción de cada producto. Tal y como se menciona en el documento elaborado por la Specialised Nutrition Europe (SNE), la normativa específica para la alimentación infantil es una de las más exigentes del sector.

La Asociación Nacional de Fabricantes de Productos de Dietética Infantil (ANDI) subraya la importancia de garantizar la seguridad alimentaria en la primera infancia, una etapa crítica en la que el sistema inmunológico aún se encuentra en desarrollo y los bebés y niños pequeños son especialmente sensibles a los riesgos asociados a alimentos contaminados.

Tal y como menciona la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que cada año 600 millones de personas enferman por ingerir alimentos contaminados. La seguridad alimentaria comienza desde los primeros meses de vida. Garantizar alimentos seguros en la primera infancia es esencial para el crecimiento, el desarrollo y el bienestar a largo plazo de los niños. Según la OMS, los menores de cinco años representan el 40 % de la carga global de enfermedades transmitidas por alimentos, lo que refleja su especial vulnerabilidad en esta etapa.

La seguridad alimentaria infantil no es solo una prioridad, es una responsabilidad compartida. En la Unión Europea, los alimentos destinados a bebés están regulados por límites de contaminantes hasta 100 veces más estrictos que los aplicados a otros productos alimentarios. Esto abarca sustancias como pesticidas, metales pesados y acrilamida. Este enfoque se traduce en normativas exigentes, selección minuciosa de ingredientes y controles rigurosos en todas las etapas del proceso de producción. Así lo promueven tanto ANDI como SNE, reforzando la protección de los más vulnerables.

En esta línea, los alimentos para bebés en la UE son hoy más seguros que nunca. Los envases están libres de sustancias perjudiciales como el bisfenol A y están diseñados con texturas que ayudan a prevenir atragantamientos. Este compromiso con la seguridad y la calidad genera confianza entre millones de familias en toda Europa.

Desde ANDI, asumimos un compromiso firme con la salud de los niños. Las empresas asociadas no solo cumplen con la normativa vigente, sino que también invierten continuamente en investigación y desarrollo para mejorar la composición, seguridad y funcionalidad de los alimentos infantiles. Como subraya SNE, innovar es esencial para proteger lo más valioso: la salud infantil. Esto incluye ampliar el abanico de productos seguros, adaptarlos a cada etapa del desarrollo infantil y reducir progresivamente contaminantes como la acrilamida.

Garantizar la inocuidad de los alimentos no es solo una responsabilidad de las empresas, sino también un derecho de cada niño. Por eso, desde ANDI seguimos trabajando para ofrecer productos que aporten tranquilidad a las familias y contribuyan a un futuro más saludable para los más pequeños.

A través de esfuerzos conjuntos entre industria, instituciones y entidades como ANDI y SNE, se garantiza que cada alimento destinado a bebés e infantes contribuya de forma segura y eficaz a su crecimiento y desarrollo, reforzando un futuro más saludable para todos.