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La dieta es un factor determinante en las patologías cardiovasculares (ECV), siendo la enfermedad coronaria la principal causa de muerte prematura y discapacidad. La patología subyacente más común es la aterosclerosis. Las placas de ateroma se forman a lo largo de décadas, algunas propensas a romperse causando el infarto de miocardio o ...
La dieta es un factor determinante en las patologías cardiovasculares (ECV), siendo la enfermedad coronaria la principal causa de muerte prematura y discapacidad. La patología subyacente más común es la aterosclerosis. Las placas de ateroma se forman a lo largo de décadas, algunas propensas a romperse causando el infarto de miocardio o muerte coronaria súbita. Sin embargo, la aparición de eventos coronarios no solo se asocia con el grado de estenosis causado por una placa, sino también con la composición de la placa, en cuyo conocimiento se ha profundizado poco.
Precisamente, investigadores de la Universidad de Lund (Suecia) han llevado a cabo un estudio sobre esta temática, cuyos resultados han sido publicados en la revista 'Cardiovascular Research', según los cuales podría existir una relación entre el bajo consumo de fibra y la presencia de placa inestable o de alto riesgo en las arterias coronarias.
Placa de alto riesgo
Los investigadores analizaron, en concreto, la asociación entre la dieta y la aterosclerosis coronaria, incluyendo las características de la placa mediante imágenes cardíacas avanzadas, concretamente tomografía computarizada, tras lo cual pudieron demostrar que el patrón dietético (la composición de las comidas) afecta la aterosclerosis (placas ateroscleróticas) en las arterias coronarias. Además, la dieta también se relacionó con el aspecto de las placas en las arterias, lo que refleja su composición.
Los participantes del estudio, 24.079 adultos de 50 a 64 años fueron reclutados entre 2013 y 2018, sin síntomas al inicio del estudio.de enfermedad cardíaca ni cardiovascular conocida ni diagnosticada. Se elaboró un índice dietético (ID) basado en un ID antiinflamatorio previamente publicado que incluía una alta proporción de alimentos de origen vegetal y un bajo contenido de carne roja o procesada y bebidas azucaradas. El grupo de referencia estaba dentro del tercil más bajo de ID. Seguidamente, se examinaron los corazones de los participantes mediante tomografía computarizada, que puede revelar signos tempranos de depósitos de grasa o placas ateroscleróticas en las arterias del corazón.
"Cuando comparamos las imágenes de las arterias coronarias de las personas con sus patrones dietéticos, no solo pudimos ver que existe una asociación entre el patrón dietético y la presencia de placa en las arterias coronarias, sino también que la composición de las placas, lo peligrosas que pueden ser, está relacionada con la dieta", explicó Isabel Goncalves, profesora de cardiología en la Universidad de Lund y consultora sénior del Hospital Universitario de Skåne, quien dirigió el estudio.
De acuerdo con dicha experta, los resultados mostraron que quienes tenían los patrones alimentarios menos saludables presentaban una mayor prevalencia de aterosclerosis. Entre las 8.344 personas con la dieta menos saludable, el 44 % presentó algún tipo de alteración en las arterias coronarias. Esto se compara con el 36 % del grupo (6139 personas) con la dieta más saludable. Las alteraciones graves, como el estrechamiento de las arterias coronarias de al menos el 50 % y la presencia de placa de alto riesgo, fueron 1,6 veces más frecuentes entre quienes tenían la dieta menos saludable.
Tras ajustar diversos factores, los autores del trabajo observaron que la asociación entre el patrón alimentario y la aterosclerosis está mediada por la obesidad abdominal, la hipertensión arterial y los niveles elevados de triglicéridos. "Nuestros resultados sugieren que una dieta poco saludable y baja en fibra puede contribuir a cambios en el organismo y el metabolismo, lo que a su vez puede provocar características desfavorables de la placa", subrayó la prof. Goncalves. "Esperamos que los resultados de este estudio fomenten medidas de prevención más proactivas e intervenciones tempranas, por ejemplo, en la dieta", concluyó dicha investigadora.