Caminar de forma rápida puede mejorar hasta un 10% la capacidad funcional de adultos mayores frágiles

Hay constancia de que la acción de caminar es una intervención de ejercicio importante para reducir la fragilidad en adultos mayores al poder mejorar aspectos relacionados con la lentitud, la baja actividad física y el agotamiento que padecen estas personas. Sin embargo, una cuestión vital a tener en cuenta para sacar mayor partido a la actividad es la de la velocidad que hay que mantener durante dicha caminata.

Estado: Esperando

18/07/2025

La fragilidad es un síndrome relacionado con la edad que se caracteriza por una mayor vulnerabilidad a los factores estresantes y que se asocia con malos resultados de salud, como caídas, discapacidad incidental, hospitalización y muerte. El fenotipo de fragilidad consta de cinco dominios diferentes: pérdida de peso, lentitud, debilidad, agotamiento ...

La fragilidad es un síndrome relacionado con la edad que se caracteriza por una mayor vulnerabilidad a los factores estresantes y que se asocia con malos resultados de salud, como caídas, discapacidad incidental, hospitalización y muerte. El fenotipo de fragilidad consta de cinco dominios diferentes: pérdida de peso, lentitud, debilidad, agotamiento y baja actividad física.

Al respecto hay constancia de que la acción de caminar es una intervención de ejercicio importante para reducir la fragilidad en adultos mayores, ya que aborda los criterios relacionados con la lentitud, la baja actividad física y el agotamiento. Dicha actividad beneficia directamente los sistemas circulatorio, cardiopulmonar e inmunológico al tiempo que reduce el riesgo y la gravedad de varias condiciones de salud, incluidas las enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares, el deterioro cognitivo, la demencia y los trastornos del sueño, entre otras.

A pesar de esta evidencia, la comunidad científica todavía tiene preguntas sin resolver, entre ellas, la de la velocidad a la que se debe realizar la caminata para obtener beneficios reales. Precisamente, en ello se ha centrado un estudio llevado a cabo por investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chicago (EEUU), y publicado en 'Plos One'.

La velocidad, factor clave

De los principales resultados obtenidos cabe destacar que caminar ligeramente más rápido (14 pasos por minuto más que el ritmo habitual) produjo mejoras significativas en la función física de los adultos mayores frágiles o en riesgo de fragilidad. La cadencia de la marcha (el número de pasos por minuto) es una forma intuitiva y pragmática de medir la intensidad de la marcha. En este sentido, aquellos que aumentaron su cadencia en al menos 14 pasos por minuto por encima de su ritmo habitual (aproximadamente 100 pasos por minuto) experimentaron mejoras sustanciales en su capacidad funcional, demostrada por su facilidad de caminar distancias más largas en una prueba estandarizada.

Basándose en estos hallazgos, el equipo de investigadores añadió una aplicación para teléfonos inteligentes llamada "Walk Test", que diseñaron específicamente para medir la cadencia de la caminata con precisión, facilitando así la integración de esta práctica beneficiosa en la vida diaria. "La aplicación  utiliza un novedoso método de código abierto para analizar los datos medidos por el teléfono y nos permite involucrar activamente a los usuarios en pruebas de caminata breves y deliberadas, garantizando una medición precisa", señaló, al respecto, el Dr. Daniel Rubin, anestesiólogo de UChicago Medicine. "Las aplicaciones de metrónomo son una alternativa sencilla que puede ayudar a los caminantes a mantener el ritmo y a seguir su progreso a lo largo del tiempo", agregó.

En definitiva, los resultados demuestran que una mayor cadencia de caminata a nivel de participante se asoció con un aumento del 10 por ciento en las probabilidades de mejora de la capacidad funcional en adultos mayores prefrágiles y frágiles

Autor: IM Farmacias