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Mens sana in corpore sano. Esta idea de que la salud física y mental es importante para el bienestar general, entendido de manera integral, siempre ha estado presente en la cultura latina. Sin embargo, según el Consejo Superior de Deportes y el Ministerio de Cultura y Deporte, las mujeres practican ...
Mens sana in corpore sano. Esta idea de que la salud física y mental es importante para el bienestar general, entendido de manera integral, siempre ha estado presente en la cultura latina. Sin embargo, según el Consejo Superior de Deportes y el Ministerio de Cultura y Deporte, las mujeres practican en torno a un 11% menos de actividad física que los hombres a lo largo de todo su ciclo vital. Y, si en algo coinciden las invitadas que han participado en los nuevos episodios del pódcast `Salud con Perspectiva' de Organon, es que en ocasiones las mujeres se encuentran con dificultades a la hora de abordar su salud de manera integral, por ejemplo, relegando la práctica deportiva o el cuidado de su salud emocional por sus obligaciones: "es que tengo que..."
`Redes Sociales, Salud Mental, Mujeres y Hombres' y `El impacto del Deporte en la Salud de las Mujeres' son los títulos de los episodios disponibles en Ivoox y Spotify en los que han participado, por una parte, la Dra. Rosa Molina, especialista en psiquiatría del Hospital Universitario Clínico San Carlos de Madrid y conocida influencer - divulgadora de salud en las redes sociales; y, por otra, la Dra. Laura Baquedano, jefa del Servicio de Ginecología en el Hospital Universitario Miguel Servet y una de las impulsoras de la cuenta de Instagram "mimenopausia", y la Dra. Nuria Garatachea, profesora titular de la Universidad de Zaragoza en el Área de Educación Física y Deportiva e investigadora del grupo Exer-Genud.
Mayor visibilidad de la salud mental y apoyo de nuestras redes
Cada vez se habla más de salud mental, en los medios y en las redes, e incluso cada vez más personajes famosos deciden contar sus propias experiencias. Esta situación ha sido destacada por la, Dra Molina en el podcast, pero también ha alertado de caer en los extremos: "la visibilidad de la salud mental es muy beneficiosa, el hecho de poder hablarlo de una manera mucho más abierta ya disminuye el estigma y la presión y el malestar que nos puede generar por el propio desconocimiento, poder compartirlo con otras personas, nos da referencias y nos estructura mucho mejor; pero también está claro que si hablamos demasiado y terminamos casi psiquiatrizándolo o psicologizándolo todo, también podemos añadir un daño que no existía, por ejemplo, que los jóvenes puedan asumir que cualquier malestar que tienen en su día a día pueda ser un trastorno y esto les angustia de más". En ese sentido, la psiquiatra afirma que es importante informar adecuadamente para que la población sea consciente de cuándo hay que consultar, cuándo estamos ante un trastorno y cuándo estamos ante un malestar.
La ayuda que nos puede prestar nuestra red de contactos, y también nuestra cultura y nuestra sociedad, es otro punto que Rosa Molina ha reforzado, utilizando el término "redsiliencia": "cuando hablo de "redsiliencia" es para recordarnos que nosotros dentro de nuestra red y todos como sociedad, podemos contribuir a que todos seamos más resilientes. Si yo estoy informado, conozco la salud mental, no la estigmatizo, soy capaz de hacer una escucha activa, de validar al otro que tengo delante… estoy haciendo ya una ayuda muy importante, estoy siendo parte de esa red de resiliencia de esa persona".
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Al centrarse en la situación actual de la salud mental de las mujeres en España, la Dra. Molina ha explicado que "los estereotipos de género mantenidos en el tiempo impactan también en cómo nos comportamos y en cómo se configura nuestro cerebro desde la infancia". De ahí que muchas mujeres, incluso inconscientemente, adopten el rol de cuidadoras y posterguen su propio bienestar, tanto físico como mental.
Por este motivo, en opinión de la Dra. Molina, es fundamental profundizar en el rol de las mujeres como cuidadoras. "El 90% de los cuidadores siguen siendo mujeres. Esto supone una carga mental que también va a impactar en nuestra salud. Por eso, a la hora de evaluar a una persona en consulta, hay que estudiar cuál es su contexto, cuál es su situación familiar, cuáles son las cargas que asume. Hay que ser cuidadosos y tener esta perspectiva siempre en mente a la hora de diagnosticar y de ver por dónde hay que trabajar con cada persona, aunque tenemos mucho camino por recorrer y necesitamos recibir más formación para tenerla más presente".
Romper con la tendencia a postergar nuestro autocuidado
También la Dra. Baquedano ha señalado, en el capítulo dedicado al deporte y disponible como videopodcast en Spotify, la tendencia de las mujeres a no priorizar el cuidado de su propia salud. "Las mujeres adolecemos hoy en día del síndrome del tengo-queísmo: no hago ejercicio porque tengo-que. Nos cargamos nosotras mismas de obligaciones, quedándonos sin tiempo para cuidarnos. En cambio, los varones ven el ejercicio como una necesidad, algo realmente útil y prioritario, que forma parte de su tiempo y su momento personal. Las mujeres lo convertimos prácticamente en un privilegio, solamente alcanzable si el resto de obligaciones nos lo permiten".
En contraposición, "mientras que no se trate de deporte de alto rendimiento, la Organización Mundial de la Salud no hace distinciones a la hora de recomendar ejercicio para hombres o mujeres: entre 150 minutos y 300 de actividad física aeróbica a la semana, más el entrenamiento de fuerza, al menos dos veces por semana. Y en el caso de personas mayores, hombres y mujeres necesitan también ejercicios tanto de equilibrio como de flexibilidad", desarrolla la experta Nuria Garatachea en este mismo podcast, si bien es cierto que el ejercicio debe individualizarse a las características de cada persona.
Y otro punto que destacan ambas expertas en su conversación es que entrenar a lo largo de toda la vida es clave. "El ejercicio físico tendría que venir con una receta médica porque influye positivamente en todas las etapas de la mujer", subraya Baquedano. Sus beneficios van más allá de los que se asocian a cualquier otro hábito saludable, porque "el ejercicio puede incidir muy positivamente en la prevención de ciertas enfermedades, y en la curación de otras y también disminuye o alivia los efectos secundarios de ciertos fármacos".
Y, de hecho, el rango de actividad física recomendado es solo un punto de partida. "Si ya estamos entrenando, hacer más ejercicio también es mejor", señala Nuria Garatachea. Cualquier momento es bueno para empezar, pero aumentar progresivamente la actividad es lo que realmente marca la diferencia en la salud. Lo imprescindible es superar las barreras que nos ponemos.
Cómo entrenar en cada etapa vital
En esta línea, Nuria Garatachea también recuerda la importancia de que un especialista en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, el educador físico deportivo, paute el ejercicio de forma personalizada. "Se tiene que recetar a una intensidad, con una dosis, con una frecuencia de administración, y eso es lo que nosotros llamamos la dosis-respuesta; en función de la dosis que hagas, así será la respuesta". Aunque advierte que la población adulta y mayor suele hacer mucho menos deporte de lo que realmente podría, desaprovechando así los beneficios de la actividad física adaptada.
Así, durante la menopausia, el entrenamiento de fuerza ayuda a prevenir la pérdida de masa ósea y muscular. De hecho, es fundamental para el desarrollo saludable de la mujer y, por este motivo, la experta celebra que cada vez más mujeres jóvenes se animen a entrenar con conciencia de sus necesidades reales, sentando así las bases para una vejez más activa y saludable.
Por otro lado, en la etapa del embarazo, "se debe cuidar la hidratación y evitar ejercicios prolongados en decúbito supino, pero se debe seguir haciendo ejercicio", explica la Dra. Baquedano. Además, recuerda que es importante fortalecer el suelo pélvico, incluso antes del embarazo, ya que pueden facilitar la recuperación del parto.
Además, es fundamental conocer cómo pueden afectar las fluctuaciones hormonales asociadas al ciclo ovulatorio en la práctica deportiva de las mujeres. Y es que "en la fase lútea o premenstrual aumenta la progesterona, que se asocia a la relajación, al cansancio y a la fatiga, algo que también influye a nivel cerebral; mientras, en la primera etapa del ciclo, los niveles de estrógenos son más elevados y la motivación es superior, estimulando la sensación de que podrías comerte el mundo", concluye la experta.