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La Federación Mundial de Obesidad espera que más de la mitad de la población mundial tenga sobrepeso u obesidad para 2035. Sin embargo, las estrategias de tratamiento como el cambio de estilo de vida, la cirugía y los medicamentos no están universalmente disponibles ni son eficaces. A diferencia de muchas ...
La Federación Mundial de Obesidad espera que más de la mitad de la población mundial tenga sobrepeso u obesidad para 2035. Sin embargo, las estrategias de tratamiento como el cambio de estilo de vida, la cirugía y los medicamentos no están universalmente disponibles ni son eficaces. A diferencia de muchas otras enfermedades crónicas, la obesidad suele manifestarse durante la infancia y tiende a persistir hasta la edad adulta.
En los últimos años, las puntuaciones poligénicas (PGS) que capturan la susceptibilidad poligénica hereditaria de una persona a un rasgo o enfermedad han demostrado ser muy prometedoras en la mejora de la predicción del riesgo de enfermedad y el cribado poblacional. Precisamente, un equipo internacional de investigadores ha creado una PGS que se asocia de forma fiable con la obesidad en la edad adulta y muestra patrones consistentes e indicativos en la primera infancia.
"Lo que hace que la PGS sea tan eficaz es la consistencia de las asociaciones entre la puntuación genética y el índice de masa corporal antes de los cinco años y hasta la edad adulta, un momento que comienza mucho antes de que otros factores de riesgo comiencen a influir en el peso en etapas posteriores de la infancia. Intervenir en este punto podría, en teoría, tener un gran impacto", explicó el profesor Roelof Smit, de la Universidad de Copenhague, y autor principal de la investigación.
Como se expone en el trabajo publicado en 'Nature Medicine', Un PGS es como una calculadora que combina los efectos de las diferentes variantes de riesgo que porta una persona y proporciona una puntuación general. Este medidor logró explicar casi una quinta parte (17%) de la variación del índice de masa corporal de una persona.
Para crear este sistema de medición, los científicos se basaron en los datos genéticos de más de cinco millones de personas -el conjunto de datos genéticos más grande y diverso hasta la fecha-, incluyendo datos genéticos del consorcio de Investigación Genética de Rasgos Antropométricos (GIANT) y la empresa de análisis de ADN para consumidores 23andMe.
Posteriormente, los investigadores analizaron si su nueva PGS estaba asociada con la obesidad utilizando conjuntos de datos de las características físicas y genéticas de más de 500.000 personas, incluyendo datos del IMC registrados a lo largo del tiempo del estudio Niños de los 90. Comprobaron que su herramienta era dos veces más eficaz que el mejor método anterior para predecir el riesgo de una persona de desarrollar obesidad.
El equipo de investigación también investigó la relación entre el riesgo genético de obesidad y el impacto de las intervenciones para bajar de peso, como la dieta y el ejercicio, en el estilo de vida. Descubrieron que las personas con mayor riesgo genético de obesidad respondían mejor a las intervenciones, pero también recuperaban peso más rápidamente al finalizarlas.
Estos hallazgos, en opinión de sus autores, podrían ayudar a identificar a niños y adolescentes con mayor riesgo genético de desarrollar obesidad en etapas posteriores de la vida, quienes podrían beneficiarse de estrategias preventivas específicas, como intervenciones en el estilo de vida, a una edad más temprana.