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La densidad mineral ósea se reduce con la edad y puede disminuir más rápidamente en mujeres durante la menopausia. En grupos poblacionales en proceso de envejecimiento, el aumento de la osteoporosis y las fracturas se ha convertido en una importante preocupación sanitaria, social y económica. A nivel científico se ha investigado ...
La densidad mineral ósea se reduce con la edad y puede disminuir más rápidamente en mujeres durante la menopausia. En grupos poblacionales en proceso de envejecimiento, el aumento de la osteoporosis y las fracturas se ha convertido en una importante preocupación sanitaria, social y económica.
A nivel científico se ha investigado la salud ósea o los resultados de las fracturas tras la interrupción de la terapia hormonal para la menopausia, pero los hallazgos existentes son inconsistentes, de ahí el interés de científicos de la Universidad de Nottingham (Reino Unido) en investigar sobre los tipos y regímenes de terapia hormonal menopáusica para proporcionar estimaciones sólidas del riesgo hasta 25 años después de la interrupción de dicho tratamiento.
El trabajo realizado al respecto, publicado en 'The Lancet Healthy Longevity', es considerado por sus autores como el más amplio hasta la fecha sobre el estudio del riesgo de fracturas en mujeres tras la interrupción de la terapia hormonal para la menopausia y el período de seguimiento más largo, hasta 25 años.
Los investigadores utilizaron datos de 6.000.000 de mujeres de aproximadamente 2.000 consultorios médicos de cabecera en el Reino Unido, lo que les permitió realizar un seguimiento de los niveles de riesgo de fractura durante hasta 25 años. Los investigadores identificaron a todas las mujeres con historial de su primera fractura (casos) y compararon cada una con varias mujeres de la misma edad y del mismo consultorio, pero sin historial de fractura (controles). Asimismo, se comparó el uso de terapia hormonal sustitutiva (THS) en los casos antes de la fractura con el uso de THS en los controles emparejados.
Entre los hallazgos cabe destacar que la magnitud del riesgo en todas las etapas también dependió del tipo y la duración de la terapia. además, en la mayoría de las mujeres, observándose patrones consistentes de un marcado aumento del riesgo poco después de la interrupción, seguido de un pico en la mayoría de los casos con niveles superiores a los de mujeres comparables que nunca habían usado terapia hormonal para la menopausia, y posteriormente niveles de riesgo en descenso, inferiores a los de las mujeres que nunca la habían usado.
De acuerdo con los autores, los estudios de salud ósea a largo plazo son complejos de iniciar y difíciles de gestionar a lo largo del tiempo, y es improbable que se intenten sin una justificación clara. La investigación de la salud ósea tras la interrupción de la terapia hormonal para la menopausia sería útil para comprender mejor los resultados observados sobre el riesgo de fracturas.