Cómo recuperar la luminosidad de la piel tras la exposición solar en verano

Tras semanas de exposición al sol, el mar y el cloro, la piel puede presentar signos de apagamiento, deshidratación y tono desigual. Según los expertos, la vitamina C contribuye a contrarrestar estos efectos gracias a su papel antioxidante y su implicación en la formación de colágeno.

Estado: Esperando

28/07/2025

Durante el verano, el bronceado puede aportar a la piel un aspecto radiante, sin embargo, tras algunas semanas, es común que esta comience a mostrar signos de apagamiento. ¿A qué se debe esto? La exposición prolongada al sol, especialmente a los rayos UVA, que penetran hasta las capas más profundas ...

Durante el verano, el bronceado puede aportar a la piel un aspecto radiante, sin embargo, tras algunas semanas, es común que esta comience a mostrar signos de apagamiento. ¿A qué se debe esto? La exposición prolongada al sol, especialmente a los rayos UVA, que penetran hasta las capas más profundas de la piel, aumentan el estrés oxidativo y afectan a la producción de colágeno, lo que puede llevar al envejecimiento prematuro y a la pérdida de luminosidad. A esto se suman otros elementos típicos de la temporada, como el contacto con la sal del mar, el cloro de la piscina y los factores medioambientales, que también pueden alterar la vitalidad de la piel.

Incluso, por todos estos factores, es muy habitual que, en septiembre, a la vuelta del verano, la piel se presente más seca y con un tono menos uniforme. "Lo ideal es mantener una ingesta de vitamina C adecuada a través de la alimentación que puede complementarse con suplementos. Y es que la vitamina C contribuye a la protección celular del daño oxidativo y a la normal formación de colágeno en piel", explica María Mercedes Sánchez, responsable del área de Información Científica de MARNYS, laboratorio de complementos alimenticios.

¿Cómo saber si la Vitamina C beneficia a mi piel?

Piel apagada y sin luminosidad. La exposición a los rayos UV favorece la formación de radicales libres, unas moléculas inestables que dañan las células de la piel y aceleran su envejecimiento. Este proceso se conoce como estrés oxidativo, y se manifiesta con un aspecto apagado y con falta de vitalidad. "La vitamina C neutraliza estos radicales libres y favorece un tono más uniforme, luminoso y devolviendo su vitalidad tras los meses de exposición solar", indica María Mercedes.

Tono desigual y aparición de manchas. Tras el verano, es común que la piel muestre zonas más oscuras o con un color irregular, consecuencia de la exposición continuada al sol. La vitamina C favorece la renovación celular lo que ayuda a mantener la uniformidad del tono cutáneo. Su consumo regular puede incluso conseguir una piel de aspecto más homogéneo.

Pérdida de firmeza y aparición de líneas de expresión. Se sabe que la radiación solar degrada el colágeno, una proteína esencial para mantener la piel firme y elástica. En este contexto, María Mercedes apunta que "la vitamina C contribuye a la producción natural de colágeno en el organismo". Así, mantener unos niveles adecuados de esta vitamina a través de la alimentación y que podemos complementar con suplementos puede favorecer la textura de la piel y aminora la visibilidad de signos de envejecimiento y líneas de expresión. Un complemento que recomiendo es VIT C- 1000 en viales bebibles, ya que contiene 1000 mg de Vitamina C con tecnología liposomada, que favorece una mejor absorción. Esta tecnología utiliza pequeñas esferas llamadas liposomas que encapsulan la vitamina, protegiéndola de la degradación y facilitando su llegada intacta al intestino, lo que se traduce en una eficiente biodisponibilidad y una presencia más estable en el organismo.

Además de tomar vitamina C, María Mercedes advierte que "es fundamental mantener un cuidado integral de la piel frente a los efectos acumulativos del sol y el entorno". Así, es clave seguir recomendaciones médicas como el uso regular de protector solar de amplio espectro, mantener una correcta hidratación interna y externa, evitar la exposición al sol en las horas de mayor intensidad y seguir una alimentación rica en antioxidantes y nutrientes esenciales.

Estos hábitos combinados favorecen la capacidad de la piel para regenerarse, ralentizan el envejecimiento prematuro y permiten que la dermis se mantenga en equilibrio y luminosa durante todo el año. Incorporar vitamina C durante todo el verano es, por tanto, una pieza fundamental dentro de un enfoque completo para el cuidado cutáneo, ya que facilita una mejor recuperación cuando la intensidad solar disminuye.

Autor: IM Farmacias