Estado: Esperando
Las células T de memoria residentes en los tejidos (T RM ) proporcionan inmunidad frente a infecciones. Conocer las vías que regulan la formación, el repertorio, la selección de nicho, el mantenimiento y la recuperación de dichas células es fundamental para modular terapéuticamente su actividad. Así lo consideran científicos del Centro Médico Weill Cornell ...
Las células T de memoria residentes en los tejidos (T RM ) proporcionan inmunidad frente a infecciones. Conocer las vías que regulan la formación, el repertorio, la selección de nicho, el mantenimiento y la recuperación de dichas células es fundamental para modular terapéuticamente su actividad. Así lo consideran científicos del Centro Médico Weill Cornell Medicine de Nueva York (EEUU), a partir del hallazgo de una molécula ( PD-1) cuya misión es frenar las células inmunitarias, y que también puede desempeñar un papel fundamental para que los linfocitos T se conviertan en defensores inmunitarios a largo plazo en la piel. El estudio, publicado en 'Nature Immunology', descubre una nueva función como promotora activa del desarrollo de T RM .
"Observamos que PD-1 es necesario para que las células T de memoria se desarrollen y se fijen en la piel, lo que las sitúa en el lugar adecuado para influir en cualquier efecto secundario", según expuso la Dra. Niroshana Anandasabapathy , autora principal y profesora asociada de dermatología en microbiología e inmunología en Weill Cornell Medicine.
Cuando los investigadores bloquearon la PD-1 en ratones con un anticuerpo contra la proteína o utilizaron linfocitos T modificados genéticamente para eliminarla, observaron que los linfocitos T de la piel no desarrollaban memoria ni se anclaban en su lugar muy pronto después de la infección. "Demostramos genética, farmacológica y mediante imágenes que se necesita la PD-1 para formar linfocitos T de memoria residentes", señaló la Dr. Anandasabapathy.
Estos investigadores sugieren, además, que una citocina llamada TGF-β también podría estar involucrada en el proceso de formación de la memoria. Las citocinas son moléculas mensajeras que señalan el crecimiento, el movimiento y la actividad de otras células, especialmente las que participan en la respuesta inmunitaria.
En concreto demostraron en ratones que, al bloquear la actividad del PD-1 en las primeras etapas de una infección, se podía añadir TGF-β para recuperar la capacidad de las células T de convertirse en células T RM. "La señalización del TGF-β es necesaria para las células de memoria residentes en algunas zonas, como la piel y los pulmones, pero no en todas",sostuvo el Dr. Anandasabapathy. "El PD-1 selecciona fuertemente a las células T de memoria residentes que permanecen en la piel, ayudándolas a utilizar el TGF-β". El problema radica en que, cuando el PD-1 se bloquea demasiado pronto, como en el tratamiento del cáncer, las células TRM podrían no formarse, lo que podría causar efectos secundarios", agregó.
Los resultados podrían guiar el desarrollo de mejores terapias dirigidas a PD-1 sin efectos secundarios indeseados para los pacientes con cáncer. No obstante, más allá de la terapia contra el cáncer anti-PD-1, dicha investigación tiene implicaciones para los tratamientos de terapia celular para pacientes con enfermedades autoinmunes.