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La diabetes tipo 2 se produce cuando el organismo desarrolla resistencia a la insulina, la hormona que ayuda a regular los niveles de glucosa en sangre. La insulina es secretada por las células pancreáticas llamadas células β y, en la diabetes tipo 2, estas aumentan su producción para intentar regular ...
La diabetes tipo 2 se produce cuando el organismo desarrolla resistencia a la insulina, la hormona que ayuda a regular los niveles de glucosa en sangre. La insulina es secretada por las células pancreáticas llamadas células β y, en la diabetes tipo 2, estas aumentan su producción para intentar regular los niveles de glucosa en sangre. Sin embargo, al ser esto insuficiente las células β se agotan con el tiempo. En concreto, la masa funcional de células β, o el número total de células β y su función, determina el riesgo de diabetes de una persona.
Dichas células β no son homogéneas y se pueden clasificar en diferentes "subtipos", cada uno con su propia función secretora, viabilidad y capacidad de división, y cuando se manifiesta la diabetes tipo 2, las proporciones de algunos subtipos de células β se modifican.
Un paso fundamental hacia la determinación de si es posible aumentar la masa funcional de células β para reducir el riesgo de diabetes tipo 2 ha sido dado por investigadores de la Universidad de Vanderbilt en Tennessee (EEUU) al emplear un método innovador para estudiar los subtipos de células, mediante el marcado indeleble de las células progenitoras que dan origen a los subtipos de células β con diferentes combinaciones de expresión génica.
Este marcado permitió a los investigadores rastrear los mismos subtipos de células β a lo largo del tiempo en diferentes etapas, lo que les facilitó abordar con seguridad las principales cuestiones sobre los subtipos de células β.
El estudio, publicado en 'Nature Communications' remarca tres resultados importantes. Por una parte, las células progenitoras que dan origen a células β con diferentes marcadores de expresión génica en ratones embrionarios originan subtipos de células β con distintos niveles de aptitud física en ratones adultos. Esto ayuda a los investigadores a comprender cómo surgen los diferentes subtipos de células β y podría ayudarles, en el futuro, a manipular las células progenitoras para favorecer ciertos subtipos sobre otros y reducir el riesgo de diabetes.
Asimismo, los nutrientes que consumen las madres ratonas tienen un claro efecto en la proporción de subtipos de células β de alta y baja aptitud física en sus crías. Por ejemplo, cuando las madres ratonas seguían una dieta rica en grasas y eran obesas, sus crías presentaban menos células β que respondían mejor a los niveles de glucosa. Este modelo de obesidad demuestra que la obesidad materna aumentaba el riesgo de diabetes en las crías. Esto proporciona a científicos y médicos una mejor comprensión de los factores hereditarios y los antecedentes médicos maternos que pueden predisponer a la diabetes.
Otro de los resultados a destacar pasa por que los subtipos de células β identificados en ratones presentan similitudes en el páncreas humano. De hecho, se observó una disminución del subtipo de células β que se predijo que presentaba una mayor aptitud física en humanos en pacientes con diabetes tipo 2. Si bien los hallazgos de estudios en animales no siempre son directamente aplicables a los seres humanos y a su salud, estos resultados sugieren que los subtipos de células β en ratones pueden ser útiles para comprender la biología humana y el riesgo de diabetes.
Los investigadores ahora esperan explorar cómo se construyen y mantienen los patrones epigenéticos (marcadores de expresión genética) en los diferentes subtipos de células β y cómo la alteración de esos patrones afecta la aptitud de las células β.