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El Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid da consejos durante este verano con el fin de que la población los aplique. En este caso, avanzan sobre la manera de tratar las quemaduras solares. Una quemadura solar es una reacción inflamatoria aguda de la piel a la exposición excesiva a la radiación UVB. Esta ...
El Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid da consejos durante este verano con el fin de que la población los aplique. En este caso, avanzan sobre la manera de tratar las quemaduras solares.
Una quemadura solar es una reacción inflamatoria aguda de la piel a la exposición excesiva a la radiación UVB. Esta reacción inflamatoria se manifiesta con enrojecimiento, dolor, sensación de calor e incluso, aparición de ampollas. El cuerpo intenta reparar el daño mediante la eliminación de las células afectadas, lo que suele causar descamación de la piel en los días posteriores.
La radiación UV se clasifica en tres tipos: UVA, UVB y UVC. Los rayos UVB son los principales responsables de las quemaduras solares. Está demostrado que la exposición crónica continuada y prolongada a esta radiación UV es una de las principales causas de varios tipos de cáncer de piel.
Es importante tener en cuenta que, aunque la piel parezca recuperarse después de una quemadura solar, el daño en realidad puede ser permanente. Cada quemadura solar daña el ADN de las células de la piel. Aunque estas células tienen mecanismos para reparar este daño, si las quemaduras se repiten con frecuencia en la misma zona, esa capacidad de reparación puede disminuir. Con el tiempo, esto aumenta el riesgo de desarrollar cáncer de piel.
Los síntomas aparecen en 1 a 24 horas, excepto en reacciones graves, con un pico dentro de las primeras 72 horas (por lo general entre las 12 y las 24 horas). Los cambios en la piel varían de eritema leve, con posterior descamación superficial, a dolor, hinchazón, sensibilidad de la piel, y ampollas.
La intensidad de la quemadura depende del tiempo y horario de la exposición, del clima, de la latitud, del grado de pigmentación previa y del tipo de piel. Así, pueden aparecer síntomas generales (fiebre, escalofríos, debilidad y shock), similares a los de una quemadura térmica, si se ve afectada un área corporal extensa. Las complicaciones más frecuentes son la infección secundaria, pigmentación con manchas permanentes, y un aumento significativo del riesgo de cáncer de piel.
El tratamiento de las quemaduras solares va dirigido principalmente a impedir la extensión de las lesiones, aliviar el dolor, prevenir las infecciones y la deshidratación cutánea.
Algunas de las medidas a adoptar tras sufrir un exceso de radiación UV serían:
Uso de fármacos
Dado el riesgo que representan las quemaduras solares para la salud de la piel, es esencial adoptar medidas preventivas:
La mejor forma de protegerse del daño solar no es evitar completamente el sol, sino aprender a convivir con él de manera segura y consciente. Proteger la piel desde la infancia, evitar exposiciones innecesarias y utilizar medidas preventivas pueden marcar una gran diferencia en la salud a futuro.