Claves para ganar la batalla a los piojos este septiembre

El 50,7 % de los menores entre 3 y 12 años sufre piojos, una infestación rodeada de falsos mitos que retrasan la notificación a los colegios y favorecen su propagación. Expertos de Cinfa recuerdan que la solución para erradicarla es la detección precoz, el tratamiento adecuado y la colaboración de las familias con los centros educativos.

Estado: Esperando

01/09/2025

El nuevo curso escolar traerá consigo, una vez más, la amenaza de la pediculosis, un problema muy frecuente que afecta a la mitad de los niños y niñas españoles de entre 3 y 12 años (50,7 %), según el IX Estudio CinfaSalud: "Percepción y hábitos de los padres y madres ...

El nuevo curso escolar traerá consigo, una vez más, la amenaza de la pediculosis, un problema muy frecuente que afecta a la mitad de los niños y niñas españoles de entre 3 y 12 años (50,7 %), según el IX Estudio CinfaSalud: "Percepción y hábitos de los padres y madres españoles ante la pediculosis", avalado por la Sociedad Española de Farmacia Clínica, Familiar y Comunitaria (SEFAC).

Como también refleja esta investigación, la mayor preocupación de los padres y madres ante los piojos es el picor y las molestias que generan (35,2 %), seguida de la posibilidad de que pueda contagiarse el resto de la familia (17,3 %). Otras inquietudes son el riesgo de transmisión de enfermedades (16,9 %) —pese a que los piojos no son transmisores de patologías—, el "jaleo" que implica el tratamiento (14,4 %), la repulsa que generan estos parásitos (8,5 %) y el estigma que el tenerlos pueda suponer para sus hijas e hijos (7,6 %).

En este sentido, como señala Julio Maset, médico de Cinfa, "por desgracia, siguen existiendo en torno a los piojos numerosos falsos mitos, como el que los relaciona con la falta de higiene. De estas creencias erróneas, surge un sentimiento de vergüenza que lleva a los progenitores a no cumplir con la obligación de informar al colegio de la infestación en el hogar. A su vez, esto eleva de manera muy significativa el riesgo de que la infección se propague al resto del alumnado de la clase".

Por fortuna, no hay necesidad de resignarse, sino que, como recuerda el experto, "contamos con muchas herramientas para hacerles frente. La primera, como comentamos, es notificar al centro escolar que nuestros hijos o hijas padecen pediculosis, ya que una advertencia a tiempo puede evitar que otros escolares se infesten y el ciclo vuelva a comenzar. Además, los centros escolares lo mantienen de forma anónima".

Igualmente, existe la opción de recurrir a los repelentes de piojos, que deben usarse exclusivamente para prevenir la infestación, y también es conveniente insistir a los menores para que no intercambien elementos como toallas, prendas o accesorios que tengan contacto directo con el pelo, como pueden ser gorros, peines, horquillas o coleteros, ya que esta es una de las principales vías de contagio.

Examen exhaustivo con la lendrera

Tanto si somos conocedores de la existencia de piojos en el entorno de nuestros hijos, como si, a pesar de tomar medidas preventivas, los niños o niñas presentan síntomas como picor o necesidad de rascarse el cuero cabelludo, el primer paso será realizar con la lendrera un examen exhaustivo del cabello mechón a mechón para arrastrar las liendres y/o piojos. Como explica el doctor Julio Maset, "esta operación debe hacerse con el cabello húmedo, ya que estos parásitos se desplazan con mayor lentitud por él. También es importante utilizar la lendrera con las puntas hacia arriba y colocar un paño blanco sobre los hombros del menor para ver los piojos cuando caigan".

En caso de que confirmemos la presencia de los parásitos, el siguiente paso es aplicar el champú, loción o espuma pediculicida mediante un ligero masaje en el cabello, que luego se debe lavar, aclarar y dejar secar al aire. "Nunca debemos utilizar el secador, ya que el calor puede inactivar el efecto insecticida residual del producto", recuerda el experto de Cinfa.

Para terminar, debemos pasar de nuevo la lendrera sobre el pelo para retirar los piojos muertos y las liendres. Este gesto tendremos que repetirlo cada dos días hasta que no queden parásitos y, una vez que no haya ninguno, también una semana después con el fin de garantizar que se eliminan todos los piojos y liendres. Como concluye el doctor Maset, "la paciencia y el tesón son claves a la hora de librar a nuestros hijos e hijas de los piojos de manera definitiva, ya que bastaría con que quedara uno solo para que se reproduzcan de nuevo".

Consejos para padres y madres para prevenir y eliminar los piojos:

  1. Conoced bien a vuestro enemigo. Para eliminar los piojos de una manera eficaz, es necesario, en primer lugar, desterrar los falsos mitos en torno a ellos. Sobre todo, es importante saber que estos parásitos no vuelan ni saltan, sino que se desplazan rápidamente de un pelo a otro, lo que explica su gran capacidad de contagio por contacto entre cabezas. También hay que recordar que su presencia no está relacionada con una higiene deficiente ni transmiten enfermedades.
  2. Ante todo, precaución. Si se notifican casos en el entorno cercano, tomad las medidas preventivas necesarias para mantener los piojos lejos de vuestras cabezas: revisad el cabello con una lendrera regularmente, usad repelente y concienciad a los menores de la necesidad de evitar el contacto de cabeza con cabeza y de intercambiar prendas u objetos personales.
  3. Aprended a pasar la lendrera correctamente. Es una herramienta muy eficaz tanto para diagnosticar como para eliminar los parásitos, pero su uso requiere una actitud muy sistemática, ya que ha de pasarse mechón a mechón y de abajo arriba, haciendo hincapié en la nuca y detrás de las orejas, así como en la zona del cabello a tres o cuatro milímetros de la raíz.
  4. Si confirmáis que hay piojos, avisad al colegio. Una advertencia a tiempo puede evitar que otros escolares se infesten y el ciclo vuelva a comenzar. Por eso, los padres y madres han de asumir sin dilación su responsabilidad de informar a los maestros, monitores u otros educadores de la presencia de piojos en su hogar, para que a su vez alerten al resto del alumnado.
  5. Elegid el tratamiento adecuado. Acudid a la farmacia para conseguir un tratamiento pediculicida. Si no tenéis claro cuál es el más adecuado, consultad al farmacéutico. También puede ser necesario pedir consejo al pediatra si el niño o niña sufre dolencias dermatológicas o asma o tiene menos de dos años. Si la revisión con lendrera no ha confirmado la infestación, recurrid a un repelente, pero nunca a un pediculicida.
  6. No confiéis en remedios caseros. Por una parte, la eficacia pediculicida de sustancias como la mayonesa, el aceite de oliva, la mantequilla o la vaselina es nula o no está demostrada. Por otra, remedios como el alcohol o el queroseno, además de irritar el cuero cabelludo, son tóxicos, inflamables y, por tanto, peligrosos. En el caso del vinagre, puede ayudar a despegar las liendres, pero por sí solo no es capaz de matar al piojo y, en concentraciones altas, también puede irritar el cuero cabelludo.
  7. Seguid al pie de la letra las instrucciones del fabricante cuando uséis el pediculicida. Una vez aplicado sobre el cabello seco, pasad la lendrera para retirar los piojos muertos y liendres y, después, lavad la cabeza con el champú habitual y aclarad. Recordad que solo se han de tratar con pediculicida los miembros de la familia infestados. Para el resto, está indicado el repelente.
  8. No utilicéis secadores. Tras el aclarado, dejad que el pelo se seque al aire libre, nunca con secador, ya que el calor inactiva el efecto insecticida residual del producto y este pierde eficacia.
  9. Extremad la higiene en casa. Cuando alguien en casa ha tenido piojos, los peines o cepillos deben ser lavados con pediculicidas o hervidos en agua. La ropa -incluida la de cama- y las toallas u otras prendas que haya usado la persona con piojos durante los dos días anteriores se han de lavar con agua caliente (60ºC) y/o secarse en la secadora a la máxima temperatura posible. Lo que no pueda limpiarse o lavarse adecuadamente, se debe guardar en una bolsa de plástico sellada durante al menos una semana. También ha de pasarse el aspirador por el suelo y los muebles, pero no es necesario fumigar el hogar o usar aerosoles con insecticidas.
  10. No bajéis la guardia. Durante las dos semanas siguientes al tratamiento pediculicida, volved a revisar con la lendrera la cabeza de vuestro hijo o hija a días alternos o, incluso, diariamente. Si a los siete días seguís detectando parásitos, será necesario reaplicar el pediculicida. Posteriormente, es conveniente realizar exámenes visuales cada dos o tres semanas hasta asegurarse de que todos los piojos y liendres han muerto.

Autor: IM Farmacias