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Los riesgos que plantean los fungicidas (SFs) son crecientes debido a su extensa aplicación agrícola y sus efectos en los alimentos, el agua, e, incluso, el organismo humano y es que investigaciones emergentes han revelado que los SFs pueden producir una toxicidad significativa. Sin embargo, persisten importantes lagunas de conocimiento ...
Los riesgos que plantean los fungicidas (SFs) son crecientes debido a su extensa aplicación agrícola y sus efectos en los alimentos, el agua, e, incluso, el organismo humano y es que investigaciones emergentes han revelado que los SFs pueden producir una toxicidad significativa. Sin embargo, persisten importantes lagunas de conocimiento sobre su estado ambiental actual, las metodologías de detección analítica y los perfiles toxicológicos.
De ello trata un estudio dirigido desde la Universidad Agrícola de Shenyang (China) y publicado en la revista 'News Contaminants'. La revisión reveló que los residuos de estos fungicidas se detectan comúnmente en alimentos básicos, ríos y lagos, y en la orina y la sangre de mujeres embarazadas. En algunos estudios, se encontraron productos de degradación de la azoxistrobina, una estrobilurina importante, en el 100 % de las mujeres embarazadas analizadas.
Los investigadores sugieren que incluso cantidades muy pequeñas pueden ser perjudiciales. Experimentos demuestran que estas sustancias químicas interfieren con las centrales energéticas de las células, reduciendo la producción de energía hasta en un 98 % en embriones de peces. También se han relacionado con alteraciones hormonales, desarrollo anormal en especies acuáticas y posibles efectos en el cerebro.
"Estos fungicidas revolucionaron la agricultura, pero sus costos ocultos son cada vez más evidentes", afirmó el Dr. Jingchuan Xue, autor correspondiente . "Las personas están expuestas a través de los alimentos, el agua y el medio ambiente, y necesitamos urgentemente un mejor monitoreo y estudios de salud".
Los resultados del estudio también apuntan cómo los microbios del suelo pueden descomponer las estrobilurinas, lo que ofrece esperanzas para una limpieza natural. Sin embargo, los autores enfatizan que se necesita más investigación, especialmente sobre los efectos combinados de múltiples sustancias químicas y sus impactos a largo plazo en los humanos.
Estos científicos piden esfuerzos de seguimiento internacionales, evaluaciones de seguridad alimentaria más sólidas y el uso de nuevas herramientas científicas para comprender mejor los riesgos.