Demuestran el papel vital de la nutrición en el tratamiento del dolor crónico

La restricción energética es un componente clave de las intervenciones para perder peso, pero, a menudo, las prácticas o patrones dietéticos que se establecen suprimen alimentos o nutrientes que, de otra forma, pueden contribuir a reducir el dolor crónico.

Estado: Esperando

10/09/2025

Una elevada adiposidad se asocia con un mayor riesgo o exacerbación de un amplio espectro de problemas de salud, incluidos los trastornos musculoesqueléticos, que son un contribuyente principal a la carga mundial de enfermedades.  El exceso de peso ejerce presión sobre las articulaciones y los tejidos, alterando la biomecánica y ...

Una elevada adiposidad se asocia con un mayor riesgo o exacerbación de un amplio espectro de problemas de salud, incluidos los trastornos musculoesqueléticos, que son un contribuyente principal a la carga mundial de enfermedades.  El exceso de peso ejerce presión sobre las articulaciones y los tejidos, alterando la biomecánica y dando lugar a limitaciones físicas que perjudican el movimiento. A ello se suma que el tejido adiposo en sí mismo es metabólicamente activo, produce y libera citocinas proinflamatorias, que contribuyen a la inflamación sistémica de bajo grado y pueden desempeñar un papel en el desarrollo del dolor crónico.

En este contexto, una nueva investigación de la Universidad del Sur de Australia ha permitido constatar que comer alimentos nutritivos puede reducir significativamente el dolor crónico, superando las suposiciones comunes de que la pérdida de peso es la principal forma de reducir el dolor musculoesquelético crónico.

Para el estudio, publicado en el 'European Journal of Nutrition', se seleccionaron 104 adultos afectados de sobrepeso u obesidad,

Los autores del trabajo se centraron en los efectos de una dieta hipocalórica de 3 meses sobre la calidad de la dieta, la adiposidad y el dolor, explorando si las medidas de adiposidad mediaban la relación entre la calidad de la dieta y el dolor, antes y después de la intervención.

En el transcurso del estudio pudieron comprobar que las personas que mejoraron la calidad de su dieta durante un período de tres meses, a través del consumo de más frutas, verduras, cereales integrales y carnes magras/alternativas, informaron mucho menos dolor en las articulaciones y los músculos.

En concreto, mejoraron la calidad de su dieta en un 22 %, redujeron el dolor musculoesquelético crónico del 50 % al 24 % y reportaron menor intensidad del dolor y una mejor calidad de vida relacionada con él. La mayoría de los participantes también perdieron alrededor de siete kilogramos de peso corporal.

En definitiva, los investigadores pudieron demostrar que adoptar una dieta más saludable puede reducir significativamente el dolor, lo que mejora el bienestar general. Si bien es necesario realizar más investigaciones, el estudio subraya el papel vital de la nutrición en el tratamiento del dolor crónico y se suma a un creciente conjunto de evidencias de que una alimentación saludable favorece la salud física y mental.

"Estos resultados abren nuevas puertas para las estrategias de manejo del dolor", según la investigadora principal y candidata a doctorado, Sue Ward de la referida Universidad.

Autor: IM Farmacias
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