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La hidrocefalia normotensiva idiopática se trata de un trastorno neurológico que se caracteriza por un agrandamiento de los ventrículos cerebrales, espacios donde se produce y almacena el líquido que amortigua el cerebro y la columna vertebral, lo cual provoca alteraciones de la marcha, el equilibrio, la cognición y el control vesical en ...
La hidrocefalia normotensiva idiopática se trata de un trastorno neurológico que se caracteriza por un agrandamiento de los ventrículos cerebrales, espacios donde se produce y almacena el líquido que amortigua el cerebro y la columna vertebral, lo cual provoca alteraciones de la marcha, el equilibrio, la cognición y el control vesical en adultos mayores.
La edad promedio de las personas con esta afección es de 75 años, y a mayor edad, mayor probabilidad de hidrocefalia normotensiva. De hecho, el 1,5 % de las personas de 70 años y hasta al 7 % de las de 80 años la sufren. Sin embargo, sólo entre el 5-10% de los pacientes diagnosticados con hidrocefalia normotensiva reciben tratamiento.
La afección se diagnostica mediante una serie de pruebas que incluyen evaluación de síntomas, resonancias magnéticas cerebrales y evaluaciones hospitalarias de la respuesta a la extracción de líquido cefalorraquídeo. Con respecto al tratamiento para tratar el exceso de líquido cefalorraquídeo, se suele practicar, por lo general, una técnica quirúrgica conocida como 'derivación', o sistema de drenaje, aunque sobre su eficacia existe cierta controversia.
Eficacia de la técnica
"Muchos especialistas dudan de la eficacia o seguridad del tratamiento con la implantación quirúrgica de una derivación", indicó el Dr. Michael A. Williams, profesor de neurología y cirugía neurológica en la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington y uno de los autores principales de un reciente estudio en la materia. En concreto, el objetivo del equipo investigador de la Universidad de Whashintong (EEUU) fue comprobar la eficacia de dicha técnica, cuyos resultados se han publicado en 'New England Journal of Medicine' (NEJM).
A los participantes del estudio de eficacia controlada con placebo en la derivación de hidrocefalia normotensiva idiopática (PENS), todos ellos con diagnóstico confirmado, se les colocó quirúrgicamente una derivación bajo anestesia general. La derivación es un sistema de drenaje interno. Una válvula se coloca bajo la piel, a un lado o en la parte posterior de la cabeza. Un pequeño tubo desde la válvula se inserta en un ventrículo cerebral, y un segundo tubo se guía desde la válvula bajo la piel hasta el abdomen, donde se puede drenar el exceso de líquido cefalorraquídeo. La derivación utilizada en el estudio puede activarse o desactivarse, y el flujo puede ajustarse mediante un dispositivo magnético colocado sobre la válvula en el cuero cabelludo. La mitad de los participantes tenían las derivaciones activadas y la otra mitad desactivadas.
Al comparar los dos grupos, los investigadores observaron que los pacientes con derivación abierta aumentaron su velocidad de marcha en más de 0,2 metros por segundo, o el doble de la diferencia mínima clínicamente significativa de 0,1 metros por segundo. Además, el 80 % de ellos superó dicho umbral. En el grupo de pacientes con derivación cerrada, la velocidad de marcha no mejoró.
"Se observó una diferencia muy clara entre los dos grupos en esta medición. Además, quienes tenían derivaciones cerradas reportaron más caídas que quienes tenían derivaciones abiertas", destacó el Dr. Williams.
En definitiva, "nuestro ensayo confirma que la implantación de una derivación cerebral en personas mayores diagnosticadas con hidrocefalia normotensiva idiopática es eficaz para mejorar sus síntomas. Esperamos que ahora más neurólogos, neurocirujanos y médicos consideren la posibilidad de la hidrocefalia como diagnóstico para sus pacientes, los guíen por los pasos diagnósticos adecuados y los traten cuando se detecte hidrocefalia", concluyó dicho experto.