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Mientras la obesidad puede alterar el metabolismo, debilitar el sistema inmunitario y provocar enfermedades como la diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares y hasta 15 tipos de cáncer, el bajo peso se relaciona con la desnutrición, el debilitamiento del sistema inmunitario y las deficiencias nutricionales. Por tanto, ambos representan importantes problemas ...
Mientras la obesidad puede alterar el metabolismo, debilitar el sistema inmunitario y provocar enfermedades como la diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares y hasta 15 tipos de cáncer, el bajo peso se relaciona con la desnutrición, el debilitamiento del sistema inmunitario y las deficiencias nutricionales. Por tanto, ambos representan importantes problemas de salud a nivel mundial y suelen ser objeto de estudio como el presentado en el Congreso de la Asociación Europea para el Estudio de la Diabetes (EASD) que se celebra estos días en Viena.
El estudio, dirigido por la Dra. Sigrid Bjerge Gribsholt, del Centro de Diabetes Steno de Aarhus, Hospital Universitario de Aarhus (Dinamarca) defiende que conviven hallazgos contradictorios sobre el rango de IMC vinculado a la menor mortalidad. Anteriormente, se creía que era de 20 a 25, pero es posible que esté aumentando con el tiempo debido a los avances médicos y las mejoras en la salud general. El índice de masa corporal (IMC) mide la relación peso-talla, y un IMC de 18,5 a 25 kg/m² se considera generalmente de peso normal.
Los investigadores encontraron que aquellas personas con un IMC en la categoría de sobrepeso, e, incluso, algunos de los que vivían con obesidad, no tenían más probabilidades de morir durante los cinco años de seguimiento que aquellas con un IMC de 22,5–25,0 kg/m 2, en el extremo opuesto del rango de peso normal. Incluso, según se desprende el trabajo, las personas con bajo peso tenían casi tres veces más probabilidades (2,73 veces) de fallecer.
Los investigadores se sorprendieron al descubrir que el IMC no estaba asociado con una mayor mortalidad hasta un IMC de 35 kg/m2 y que incluso un IMC de 35–40 kg/ m2 solo estaba asociado con un riesgo ligeramente mayor.
"Una posible razón de los resultados es la causalidad inversa: algunas personas pueden perder peso debido a una enfermedad subyacente. En esos casos, es la enfermedad, no el bajo peso en sí, la que aumenta el riesgo de muerte, lo que puede hacer que parezca que un IMC más alto ofrece protección", tal como indicó la Dra. Gribsholt.
De acuerdo con el estudio, también es posible que las personas con un IMC más alto que viven más tiempo (la mayoría de las personas que estudiamos eran mayores) puedan tener ciertos rasgos protectores que influyan en los resultados.
"Cualquiera que sea la explicación, el IMC no es el único indicador de que un individuo tiene niveles no saludables de grasa", según el prof. Jens Meldgaard Bruun, también miembro del Steno Diabetes Center Aarhus.
Lo que es evidente para estos investigadores es que el tratamiento de la obesidad debe ser personalizado, teniendo en cuenta factores como la distribución de la grasa y la presencia de enfermedades como la diabetes tipo 2 a la hora de fijar un peso objetivo.