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La resistencia a los antibióticos surge de la expresión de genes específicos conocidos como 'genes de resistencia a los antibióticos' (ARG), que hacen frente a los antimicrobianos en las bacterias y se encuentran comúnmente en las especies integrales a la microbiota intestinal humana, desde el momento del nacimiento. Cuando esta resistencia ...
La resistencia a los antibióticos surge de la expresión de genes específicos conocidos como 'genes de resistencia a los antibióticos' (ARG), que hacen frente a los antimicrobianos en las bacterias y se encuentran comúnmente en las especies integrales a la microbiota intestinal humana, desde el momento del nacimiento. Cuando esta resistencia se propaga a microorganismos patógenos se desencadena un importante riesgo para la salud pública al reducir la eficacia de dichos fármacos.
Comprender cómo se adquieren y diseminan los genes de resistencia en el intestino del recién nacido y lactante es crucial, ya que su perfil puede influir en la respuesta individual a los tratamientos antibióticos. Además, los bebés con altos niveles de bacterias resistentes a los antibióticos enfrentan un mayor riesgo para su salud si necesitan tratamiento con antibióticos al contraer enfermedades infecciosas durante su primer año de vida.
En este contexto, investigadores de la Universidad Técnica de Dinamarca (DTU) han descubierto una manera de combatir las bacterias resistentes a los antibióticos mediante el aporte de nutrientes a un subgrupo especial de bifidobacterias que se encuentran de forma natural en el intestino.
'Estrategia natural'
Los hallazgos, publicados en 'Nature Communications' apuntan a una nueva estrategia natural para combatir la resistencia a los antibióticos: apoyar a las bacterias buenas en el intestino desde los primeros meses de vida.
"Fortalecer la capacidad del bebé para manejar bacterias resistentes a los antibióticos desde las primeras semanas de vida es fundamental cuando están expuestos a numerosas enfermedades infecciosas debido a un sistema inmunitario inmaduro, y cuando es una cuestión de vida o muerte si tienen muchas bacterias resistentes a los antibióticos", remarcó Susanne Brix Pedersen, miembro del departamento de Bioingeniería de la DTU.
Este estudio sobre las bacterias intestinales se basa en 547 muestras de heces de 56 niños y sus madres, que fueron seguidos durante un período de cinco años. Se encontró que los bebés nacidos por vía vaginal tenían una abundancia de ARG más alta que los bebés nacidos por cesárea a los 2 meses de edad.
"Los genes de resistencia pueden pasar de un tipo de bacteria a otro, y cuantas más bacterias resistentes haya en el intestino, mayor será la probabilidad de que se encuentren con otras bacterias y les transfieran genes de resistencia", explicó, por su parte, la investigadora posdoctoral Ioanna Chatzigiannidou, del departamento de Bioingeniería de la DTU, quien participó en este trabajo.
En síntesis, los investigadores sostienen que los ácidos lácticos producidos por las bifidobacterias desempeñan un papel clave en el control de las bacterias resistentes a los antibióticos, lo cual consideran importante para reducir el riesgo de que los genes de resistencia se transfieran a otras bacterias intestinales.