Un modelo comunitario fortalece la vigilancia epidemiológica en El Salvador

La iniciativa, impulsada tras la pandemia, busca superar la fragilidad del sistema sanitario en la región de Morazán, protegiendo a más de 127,000 personas vulnerables.

Estado: Esperando

14/10/2025

Tras la pandemia, la fragilidad del sistema nacional de vigilancia salvadoreña ha quedado en evidencia: escasez de recursos técnicos, falta de personal especializado, carencia de protocolos actualizados y poca coordinación entre los distintos niveles de atención. A esto se suman las barreras culturales y de género que dificultan el acceso ...

Tras la pandemia, la fragilidad del sistema nacional de vigilancia salvadoreña ha quedado en evidencia: escasez de recursos técnicos, falta de personal especializado, carencia de protocolos actualizados y poca coordinación entre los distintos niveles de atención. A esto se suman las barreras culturales y de género que dificultan el acceso equitativo a la salud. Frente a esta realidad, el programa apuesta por un modelo integral y participativo que combina el fortalecimiento técnico del sistema público con la organización y liderazgo de las comunidades locales.

Frente a este contexto, "junto a la Asociación Salvadoreña Promotora de la Salud (ASPS) y en coordinación con el Ministerio de Salud (MINSAL), hemos impulsado un programa que coloca a la vigilancia epidemiológica en el centro de la estrategia para proteger la salud colectiva, mejora la capacidad de respuesta frente a enfermedades transmisibles y fortalece la participación de mujeres, liderazgos locales y equipos sanitarios. La iniciativa se desarrolla en seis micro-redes de salud del SIBASI Morazán —Perquín, Osicala, Gotera, Corinto, Sesembra y Jocoro— en el que participan más de 127.000 personas", explica el responsable de los proyectos de Cooperación en Farmamundi, Emilio Oriola.


Fortalecer la salud pública en Morazán

El programa avanza con un plan de trabajo que busca fortalecer la salud pública desde lo local, combinando el trabajo técnico con la participación de las comunidades, con cuatro ejes:

  1. Actualización de los protocolos de salud: En los últimos meses, los equipos de ASPS y del Ministerio de Salud han revisado y adaptado los Lineamientos Nacionales de Vigilancia Epidemiológica (VIGEPES), actualizándolos a la realidad de enfermedades como el dengue, la COVID- 19, la leishmaniasis o el Chagas.
  2. Fortalecimiento de la red institucional: Para mejorar la capacidad de respuesta ante emergencias sanitarias, se han creado tres Unidades de Inteligencia Epidemiológica en Morazán, espacios donde se recopilan y analizan datos para actuar con rapidez ante posibles brotes. También se han mejorado seis Unidades Comunitarias de Salud Familiar (UCSF), que ahora cuentan con mejores instalaciones, equipos médicos, insumos de laboratorio y materiales de diagnóstico. Además, 60 profesionales de la salud han recibido formación especializada en gestión epidemiológica y normas internacionales de salud, en coordinación con el Instituto Nacional de Salud.
  3. Liderazgo comunitario en salud: La participación de las comunidades es una pieza clave de este programa. Más de un centenar de Agentes Comunitarios de Salud (ACS) han sido acreditados por el Ministerio de Salud para formar parte del sistema de Vigilancia Epidemiológica Comunitaria (VECO). Estas personas, muchas de ellas mujeres, son el primer enlace con la población: visitan hogares, identifican casos sospechosos y acompañan los esfuerzos de prevención y educación sanitaria.
  4. Educación y comunicación inclusiva: La información ayuda a mejorar la salud de las personas, por eso el programa ha puesto en marcha campañas de educación y comunicación inclusiva en todo el departamento.

Tres nuevas unidades de Inteligencia epidemiológica

"Hemos avanzado de forma muy significativa en el fortalecimiento de la vigilancia epidemiológica con la puesta en marcha de tres nuevas Unidades de Inteligencia Epidemiológica totalmente equipadas. También reforzamos la coordinación multisectorial y seguimos impulsando la formación técnica en gestión epidemiológica y reglamento sanitario internacional, con una amplia participación del personal sanitario del territorio", explica la directora ejecutiva de ASPS, Ana Cecilia Arévalo.

Arévalo cuenta que algunas actividades tuvieron que reprogramarse o adaptarse a las circunstancias, sobre todo por el aumento de casos de dengue y ajustes logísticos, pero sin detener el ritmo de trabajo. "Hemos capacitado a más de 80 profesionales de salud en temas de vigilancia, género y salud pública, mejorado la infraestructura de varias unidades comunitarias y fortalecido la estrategia de vigilancia epidemiológica comunitaria —la red VECO—, con agentes formados y materiales adecuados. Todo ello nos permite avanzar hacia una respuesta en salud más ágil, coordinada y cercana a las comunidades", prosigue.


Una red de alianzas con impacto para la salud pública

El impacto de este trabajo se mide no solo en cifras, sino en cambios concretos en la vida de las personas. Gracias a la vigilancia epidemiológica, las comunidades pueden anticiparse a las epidemias, reducir riesgos y fortalecer su resiliencia colectiva. El personal sanitario dispone ahora de herramientas más eficaces para la prevención y el control, y las mujeres comunitarias han adquirido un papel central como promotoras de salud.

El éxito del programa se debe, además, a la articulación de múltiples actores, entre los que destacan:

  • Ministerio de Salud de El Salvador (MINSAL), a nivel central y departamental.
  • Redes comunitarias de salud (VECO) y comités locales.
  • Alcaldías municipales de las seis micro-redes.
  • Organizaciones sociales como el Foro Nacional de Salud (FNS).

"Esta gran alianza, que cuenta con el apoyo financiero de la Generalitat Valenciana, permite que las comunidades de Morazán cuenten hoy con más herramientas, conocimientos y recursos para responder a las epidemias, con la vigilancia epidemiológica como piedra angular de su derecho a la salud", concluye Oriola.

Autor: IM Farmacias
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