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El cáncer de próstata es el segundo más común entre los hombres, a nivel mundial. Si bien tratamientos como la terapia hormonal y los fármacos dirigidos a los AR han ayudado a muchos pacientes, la resistencia a estas terapias representa un desafío importante. En este contexto, un estudio internacional, publicado en 'Proceedings ...
El cáncer de próstata es el segundo más común entre los hombres, a nivel mundial. Si bien tratamientos como la terapia hormonal y los fármacos dirigidos a los AR han ayudado a muchos pacientes, la resistencia a estas terapias representa un desafío importante.
En este contexto, un estudio internacional, publicado en 'Proceedings of the National Academy of Sciences', ha hallado una nueva vulnerabilidad en las células del cáncer de próstata que podría ayudar a mejorar el tratamiento de uno de los cánceres más comunes que afectan a los hombres.
El trabajo, dirigido por científicos de la Universidad Flinders (Australia) y la Universidad Tecnológica del Sur de China, revela que dos enzimas, PDIA1 y PDIA5, desempeñan un papel crucial para ayudar a las células del cáncer de próstata a crecer, sobrevivir y resistir al tratamiento.
Dichas enzimas actúan como protectores moleculares del receptor de andrógenos (RA), una proteína que impulsa el cáncer de próstata. Cuando se bloquean PDIA1 y PDIA5, el RA se desestabiliza y se descompone, lo que provoca la muerte de las células cancerosas y la reducción del tamaño del tumor, tanto en células cultivadas en laboratorio como en modelos animales.
"Hemos encontrado un mecanismo previamente desconocido que las células del cáncer de próstata utilizan para proteger el receptor de andrógenos, que es un factor clave de la enfermedad", afirma el autor principal, el prof. Luke Selth, director de Investigación del Cáncer de Próstata y codirector del programa Cancer Impact del Flinders Health and Medical Research Institute. "Al atacar estas enzimas, podemos desestabilizar el AR y hacer que los tumores sean más vulnerables a las terapias existentes como la enzalutamida", agregó el prof. Selth.
Los hallazgos demuestran que PDIA1 y PDIA5 no sólo contribuyen al crecimiento del cáncer, sino que también son objetivos prometedores para nuevos tratamientos que podrían funcionar junto con los medicamentos existentes. Además, se pudo comprobar que dichas enzimas también ayudan a las células cancerosas a gestionar el estrés y a mantener la producción de energía.
"Esta terapia combinada funcionó bien en muestras de tumores derivados de pacientes y en ratones, lo que sugiere un fuerte potencial para futuros ensayos clínicos", concluyó otro participante en el estudio, el prof. Jianling Xie.