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En la práctica diaria, recomendar un producto dermocosmético va mucho más allá de elegir una crema hidratante. Para un profesional sanitario, cada recomendación implica seleccionar una fórmula adecuada al tipo de piel, las patologías asociadas y las posibles sensibilidades o intolerancias del paciente. Alergias e intolerancias, un desafío creciente Los estudios más ...
En la práctica diaria, recomendar un producto dermocosmético va mucho más allá de elegir una crema hidratante. Para un profesional sanitario, cada recomendación implica seleccionar una fórmula adecuada al tipo de piel, las patologías asociadas y las posibles sensibilidades o intolerancias del paciente.
Alergias e intolerancias, un desafío creciente
Los estudios más recientes revelan que más del 40 % de la población presenta alguna sensibilidad, alergia o reacción adversa frente a ingredientes cosméticos habituales como perfumes, conservantes, emulsionantes o filtros solares. Este dato resalta la importancia de conocer en profundidad la composición de los productos que se recomiendan en la consulta o desde la farmacia.
El reto: acceder a la información adecuada en el momento oportuno
En el día a día, identificar de manera rápida si un producto contiene componentes potencialmente sensibilizantes —como lanolina, propilenglicol o determinados conservantes— no siempre resulta sencillo. Revisar etiquetas, prospectos o fichas técnicas dispersas en diferentes fuentes puede ser una tarea lenta y poco práctica en plena atención al paciente.
InSkin, información técnica al servicio del criterio clínico
Para facilitar este proceso, IM Dermovécum by InSkin ofrece una plataforma digital que reúne información técnica precisa y estructurada sobre productos dermocosméticos, ayudando al profesional a tomar decisiones fundamentadas y seguras.
Con IM Dermovécum by InSkin, es posible:
Puedes acceder a IM Dermovécum by InsSin a través de la web de InSkin o de IM Farmacias. Si eres usuario de IM Farmacias, podrás acceder gratuitamente a fichas de productos, ingredientes y filtros clínicos.
Esta herramienta permite optimizar el tiempo de consulta, reforzar la seguridad de las recomendaciones y generar mayor confianza con el paciente, situando el consejo dermocosmético en el nivel que merece: el de la práctica clínica basada en evidencia.