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El síndrome metabólico (SM) es una afección grave debido a una combinación de factores de riesgo, como la obesidad, la hipertensión arterial, los niveles altos de azúcar en sangre y los triglicéridos altos. Esta combinación aumenta significativamente las probabilidades de padecer enfermedades crónicas graves, especialmente cardiopatías, accidentes cerebrovasculares y diabetes ...
El síndrome metabólico (SM) es una afección grave debido a una combinación de factores de riesgo, como la obesidad, la hipertensión arterial, los niveles altos de azúcar en sangre y los triglicéridos altos. Esta combinación aumenta significativamente las probabilidades de padecer enfermedades crónicas graves, especialmente cardiopatías, accidentes cerebrovasculares y diabetes tipo 2. Al acelerar el SM la acumulación de placa en las arterias, lo que provoca la obstrucción del flujo sanguíneo y la formación de coágulos, y puede causar daño orgánico y aumentar el riesgo de ciertos tipos de cáncer.
La prevalencia del síndrome metabólico aumenta con la menopausia. Esto se debe a la disminución de los niveles de estrógeno que protegen contra estas afecciones metabólicas.
Sobre la materia, un nuevo estudio avalado por la Sociedad Estadounidense de Menopausia, no solo identificó la prevalencia del síndrome metabólico, sino que también buscó determinar su asociación con la edad de la menopausia natural.
Para llevar a cabo el trabajo, se estudió a más de 234.000 mujeres que experimentaron la menopausia natural entre los 30 y los 60 años, excluyendo a aquellas con menopausia inducida por histerectomía, ooforectomía bilateral, radioterapia, quimioterapia o que recibían terapia hormonal.
Prevalencia del SM
La prevalencia del síndrome metabólico entre las participantes del estudio fue del 11,7 % en general, del 13,5 % para la menopausia precoz y del 10,8 % para la menopausia tardía. Con base en los resultados, los investigadores concluyeron que las mujeres que experimentan una menopausia natural precoz tienen un riesgo significativamente mayor de desarrollar síndrome metabólico en comparación con aquellas con una menopausia tardía: un 27 % más de riesgo relativo. Estas asociaciones se mantuvieron significativas incluso después de un ajuste exhaustivo por posibles factores de confusión, como la medicación, la raza y el índice de masa corporal.
Los resultados de este estudio sugieren, por tanto, que la edad de la menopausia natural puede servir como un indicador clínico importante para la estratificación del riesgo metabólico en mujeres posmenopáusicas. La identificación temprana de estos biomarcadores es crucial para reducir el riesgo de comorbilidades como la resistencia a la insulina, la diabetes tipo 2 y las enfermedades cardiovasculares.
"Nuestros hallazgos demuestran que la edad de la menopausia natural no es solo un hito reproductivo, sino un indicador contundente del riesgo cardiometabólico a largo plazo", afirmó, al respecto, la Dra. Shefali Setia Verman, autora del estudio de la Universidad de Pensilvania.
En definitiva, la menopausia precoz y temprana está asociada con un mayor riesgo de consecuencias adversas para la salud, de acuerdo con la Dra. Stephanie Faubion, directora médica de la Sociedad de la Menopausia. "Cuanto mejor comprendamos estos posibles riesgos, mejor podremos intervenir a tiempo para contrarrestarlos", concluyó dicha experta.