Los farmacéuticos se convierten en una pieza necesaria en la prevención del riesgo cardiovascular
El pistoletazo de salida a Infarma 2015 lo dio la conferencia inaugural ‘El farmacéutico, una pieza necesaria. ¿Qué puede aportar en la prevención del riesgo cardiovascular?’. Se habló de la experiencia positiva, que se está llevando a cabo en Cataluña, de instalar desfibriladores en las farmacias.
Estado: Esperando
Sólo en Cataluña cada año pierden la vida entre 3.000 y 4.000 personas a causa de una muerte súbita. La única manera de salvar a alguien que ha sufrido una muerte súbita es usando un desfibrilador en los primeros minutos de haber sufrido el paro cardíaco. Dentro del ámbito de ...
Sólo en Cataluña cada año pierden la vida entre 3.000 y 4.000 personas a causa de una muerte súbita. La única manera de salvar a alguien que ha sufrido una muerte súbita es usando un desfibrilador en los primeros minutos de haber sufrido el paro cardíaco. Dentro del ámbito de los proyectos Barcelona, ciudad cardioprotegida y Girona, territorio cardioprotegido se están instalando desfibriladores en las farmacias de las dos ciudades. Ya hay más de 180 instalados en la ciudad condal, pero se espera instalar uno en la totalidad de las farmacias. Gracias a estos proyectos, ya se han salvado 22 vidas. Josep Brugada, cardiólogo del Hospital Clínic de Barcelona, hizo hincapié que el farmacéutico es un agente de salud. Por ello, “tiene que ayudar no sólo al cumplimiento terapéutico, que es una función clave del farmacéutico, sino a la identificación de los pacientes con riesgo y motivarles a que esos factores de riesgo los controlen”.
En la conferencia inaugural también se dio a conocer otro proyecto que está poniendo en marcha sobre la prevención del ictus, en el que la farmacia vuelve a ejercer un papel esencial. La idea es que la farmacia sea un punto donde se identifiquen individuos con riesgo de ictus, con el registro de un ecocardiograma muy simple. La importancia del papel del farmacéutico se demostró con un caso práctico. En una en una prueba realizada en Australia sobre una muestra de 1.000 personas, se diagnosticaron un centenar de individuos con fibrilación auricular silente. 85 personas conocían su problema y 15, no.
