El sector, que está experimentando un gran crecimiento en estos últimos años, se ha convertido en la complementariedad necesaria al fármaco tradicional, por dos motivos: supone una nueva fuente de ingresos y dota de mayor diversificación a la cartera de servicios de la farmacia.
La Farmacia Istria se ubica en uno de los barrios más castizos de Roma. Con gran solera, el quartiere Trieste presume de ser una zona residencial donde a menudo habitan personalidades de la cultura y la política italiana. En un lugar muy frecuentado debido a su cercanía con la Plaza ...
La Farmacia Istria se ubica en uno de los barrios más castizos de Roma. Con gran solera, el quartiere Trieste presume de ser una zona residencial donde a menudo habitan personalidades de la cultura y la política italiana. En un lugar muy frecuentado debido a su cercanía con la Plaza Istria y la buena de comunicación con metro y autobuses, se encuentra la antigua botica de Jole Patrizia Grappasonni. La que un día fue la farmacia de su abuela, hoy se ha convertido en un establecimiento moderno y funcional que ofrece un amplio abanico de servicios. “La propia definición de la farmacia está cambiando y debemos adaptarnos a esta nueva situación”, advierte Jole Patrizia. Un sector, el farmacéutico, que ha experimentado fuertes transformaciones debido a la introducción de las tecnologías a la gestión de farmacia, el crecimiento de la competitividad, la incidencia de Intenet en el perfil del usuario y en última instancia –aunque no por ello menos relevante– los efectos de la crisis.
No obstante, y pese a que algunos cambios han servido para mejorar las condiciones de la farmacia y de sus profesionales, Jole Patrizia advierte del crecimiento de fármacos que no necesitan receta y que se dispensan en herbolarios y parafarmacias. “Se trata de una competencia desleal frente a la que poco podemos hacer. Sólo nos queda apostar por nuestra cualificación y eficacia. En este sentido es necesario concienciar al ciudadano de que lo que nosotros ofrecemos es de garantía”.
Una de las soluciones más eficaces para hacer frente a este libre mercado es invertir fuerte en el desarrollo de la dermoestética entendida como una complementariedad al fármaco tradicional. “Tenemos que pensar que hoy en día el ciudadano acude a la farmacia no sólo para solucionar un problema de salud sino también para prevenir, mejorar su imagen, cuidar sus hábitos alimenticios, etc. y esto requiere una mayor inversión en los servicios complementarios”, afirma Jole Patrizia. Si bien es cierto que el medicamento está muy presente en la farmacia italiana, también lo es que cada día se están implantando más otros productos relacionados directamente con la salud y que hasta hace poco tiempo no se relacionaban directamente con la atención farmacéutica.
“Hoy en día es importante la salud, nos preocupa la belleza y la apariencia, por eso invertimos en nuestra imagen y en nuestro bienestar. La clienta italiana exige calidad por eso nosotros solo trabajamos con marcas de referencia”, añade Grappasonni.
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