Una farmacia renovada que empieza a ver la luz al final del túnel

Se ha pasado de las palabras a los hechos. Tras mucho hablar de renovación, de farmacia asistencial, de prevención y de servicios, las iniciativas empiezan a concretarse y las cifras empiezan a confirmar una lenta, pero firme recuperación. Son tiempos de cambio y esperanza.

31/07/2015

A estas alturas de la historia y de la evolución de la crisis, hay varios aspectos que han quedado claros en el mercado y la economía de las farmacias. En primer lugar, algo que ha supuesto un cambio de paradigma en la propia manera de enfocar la oficina de farmacia, ...

A estas alturas de la historia y de la evolución de la crisis, hay varios aspectos que han quedado claros en el mercado y la economía de las farmacias. En primer lugar, algo que ha supuesto un cambio de paradigma en la propia manera de enfocar la oficina de farmacia, y es que ya no se puede depender más del medicamento para pretender que el negocio se mantenga a flote.

El farmacéutico ya no es un mero dispensador de medicamentos, sino que ha de volcarse en la diversificación de su oferta, y especialmente en su labor de prescriptor, consejero, y centro de todas las necesidades relacionadas con la salud que puedan tener sus pacientes. Y en eso se apoya la nueva farmacia del futuro, la farmacia asistencial y prestadora de servicios que ahora demanda la sociedad. El pasado 23 de octubre, en el marco del XIX Congreso Nacional Farmacéutico, se elaboró e hizo pública la Declaración de Córdoba, un documento de consenso donde se especificaron los nuevos roles que debe desempeñar la farmacia del siglo XXI. Una farmacia que quiere estar alineada y participar en el proceso de cambios profundos en que están inmersas la sanidad y la sociedad española.

En este plan de trabajo “se han tenido en cuenta la cronicidad, el envejecimiento, la reorganización de los sistemas sanitarios y las limitaciones presupuestarias. Un escenario marcado por la coordinación de los servicios sociales y sanitarios, la integración de niveles asistenciales, el trabajo en equipo, la atención domiciliaria, la mejora de la salud pública, la e-salud y las innovaciones farmacoterapeúticas (…) Un futuro en el que, además del servicio de dispensación, se deben contemplar e impulsar nuevos servicios profesionales farmacéuticos que mejoren el uso responsable de los medicamentos y productos sanitarios, así como la salud de los pacientes”.

Además, la defensa del binomio propiedad-titularidad, promover la intervención del farmacéutico en los planes y estrategias de la administración, impulsar una mayor coordinación con los farmacéuticos hospitalarios y de atención primaria o participar en la e-Salud son otros de los retos que, al quedar fijados, dejan de ser temas de constante debate para convertirse en una realidad tangible que algunos ya están poniendo en práctica. Los programas piloto para la implantación de servicios profesionales regulados por la administración ya son una realidad en algunas comunidades autónomas, y se encuentran en fase de negociación con las respectivas consejerías sobre su remuneración, algo impensable hace apenas unos meses. Lo mismo sucede con la interoperabilidad de la receta electrónica, que ya se está probando en Extremadura y en Canarias con un programa piloto.

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Autor: IM Farmacias
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