Zambon apuesta por la levadura probiótica para la recuperación de la flora intestinal

Zambon ha celebrado este martes en Barcelona un taller en el que la doctora Estefanía Moreno ha abordado el tema “Flora intestinal, un ecosistema imprescindible para la salud”, y la farmacéutica especializada en nutrición Laura Arranz, por su parte, se ha encargado de la charla sobre “Cómo nos afecta lo que comemos”. Un encuentro en el que ambas han mostrado cómo preparar las defensas para este invierno, a conocer los probióticos y cómo utilizarlos, todo sobre la fibra o los superalimentos que no deben faltar en nuestra dieta. 

Mantener una flora intestinal equilibrada y sana es esencial para la salud porque es en el intestino donde se originan la mayor parte de las células inmunitarias del organismo. El otoño es una estación adecuada para reforzarla y prepararla para hacer frente a la vuelta a la rutina y al comienzo de los meses más fríos. Además de una alimentación equilibrada, el uso de probióticos es de gran ayuda para conseguirlo.

Por tanto, tal y como afirmaba la farmacéutica Laura Arranz, conseguir una buena salud intestinal es fundamental para el organismo ya que repercute en nuestro sistema inmunitario y en el metabolismo. “Para favorecer ese bienestar, la alimentación es un factor determinante, aunque nuestro estilo de vida nos obligue, a menudo, a seguir dietas desequilibradas que provocan frecuentes alteraciones gastrointestinales”.

La forma en que nos alimentamos influye no solo en la función intestinal sino también en la composición de nuestra flora o microbiota. “Las bacterias no están en simbiosis con nuestro cuerpo por casualidad”, apunta la doctora, “la microbiota afecta a nuestro estado nutricional, a nuestro metabolismo, a nuestro sistema inmunitario e incluso a nuestro cerebro y conducta y es la dieta el factor externo que más influye sobre ella. Una alimentación equilibrada, rica en fibra y alimentos favorables, y que evite aquellos que no lo son, conseguirá mejorar nuestra salud y optimizar nuestro bienestar” explica.

Por su parte, la doctora Estefanía Moreno recordaba que el cuerpo humano no es un organismo estéril, nos encontramos en simbiosis con millones de microorganismos que tienen un papel crucial en nuestro desarrollo. “La concentración más importante de estas bacterias, levaduras y virus que nos habitan la encontramos en la microbiota intestinal, conocida popularmente como flora intestinal, nombre que reciben los microorganismos que se hallan en nuestro intestino”.

Nuestra flora intestinal contiene decenas de trillones de microorganismos, es decir, convivimos con 10 veces más bacterias y levaduras que células humanas, incluyendo al menos 1000 tipos de especies de bacterias conocidas.  De hecho, “la microbiota de nuestro intestino puede incluso pesar 2 kg, ¡más de lo que pesa nuestro cerebro! Un tercio de su composición es común a la mayoría mientras que dos  terceras partes, es específica de cada uno de nosotros. En otras palabras, la microbiota en el intestino es casi como un carnet de identidad”, comenta la doctora.

Precisamente, Moreno insistía en aquello que debemos pedirle a un probiótico: no ser patógenos ni tóxicos, resistente a la destrucción, indicar la cepa científica, permanecer estables durante la vida útil del producto o estar basados en estudios controlados de eficacia en seres humanos, entre otros.  

Los probióticos son por tanto microorganismos vivos que, administrados en cantidades adecuadas, aportan un beneficio a la salud. La condición básica es que sobrevivan al paso por el estómago y lleguen vivos al intestino para poblarlo. Saccharomyces boulardii, la levadura probiótica de Ultra Levura, está indicada para mantener el equilibrio de la flora intestinal, en el tratamiento de la diarrea aguda -ya sea la que ocurre en nuestro medio o cuando nos encontramos de viaje- o en la prevención de la diarrea asociada al uso de antibióticos, tan habitual en este cambio de estación.