Un ambicioso proyecto gestado en estrecha colaboración con Apotheka, está tomando forma en Zaragoza. Es la creación del Museo de Farmacia de Aragón, que reunirá la historia, la ordenará y la mostrará para todas aquellas personas interesadas en descubrir los tesoros de la memoria.
Aragón ha sido, por su privilegiada situación geográfica, un territorio adelantado en todas las ramas del saber, y en especial en las ciencias sanitarias. La magnífica aportación científica de la farmacia aragonesa a las ciencias farmacéuticas viene desde muy antiguo, siendo constante y fructífera. Por ello, es un deseo que ...
Aragón ha sido, por su privilegiada situación geográfica, un territorio adelantado en todas las ramas del saber, y en especial en las ciencias sanitarias. La magnífica aportación científica de la farmacia aragonesa a las ciencias farmacéuticas viene desde muy antiguo, siendo constante y fructífera. Por ello, es un deseo que se constituya también una sede propia para la Academia de Farmacia que ponga en valor la labor realizada por los farmacéuticos desde hace seis siglos hasta las actuaciones del presente y futuro, de modo que se aglutine, coordine y encauce este cúmulo de actividades, inquietudes e iniciativas, continuando y ampliando la tradición y el legado científico, histórico y artístico de esta profesión.
Hablamos de este hermoso proyecto con Ignacio Andrés Arribas, jefe de Servicio de Farmacia del Hospital Real de Nuestra Señora de Gracia, en Zaragoza; quien es uno de los principales impulsores de la iniciativa. “Es una idea que surgió hace muchos años, pues llevo trabajando en medio de todo este patrimonio desde hace treinta años, en el mismo lugar que mis antecesores, y te atrapa su historia. Fue la base de mi tesis doctoral, y dirige otras tesis. Al trabajar aquí, entras dentro de un escenario que te gustaría compartir, para poder dar a conocer a las personas todo lo que los farmacéuticos han hecho para llegar hasta aquí. Ahora trabajamos de una forma muy diferente a la de hace 100 años, evolucionamos exponencialmente, por eso no se debe perder el patrimonio, y todas las historias que han formado este camino. Mi función es que el proyecto salga hacia delante, y cuento con la ayuda de muchas personas que están ayudando a darle vida”.
La ciencia y el arte del medicamento tuvo en Aragón, durante varios siglos, claras influencias árabes y posteriormente italianas, cabe recordar que el Reino de Aragón se extendía a Sicilia y Nápoles, quedando patente en las Concordias o primeras farmacopeas realizadas por los boticarios de Zaragoza en el siglo XVI. Estas y otras particularidades, como la especificación en los Estatutos de la ciudad de Zaragoza, a principios del siglo XVII, del modus operandi para la preparación de algunos medicamentos, demuestran la importancia que tuvo para la sociedad aragonesa el oficio de boticario.
Buen conocedor de la historia, Arribas nos explica que “la farmacia del Hospital de Nuestra Señora de Gracia ha sido durante siglos la más prestigiosa de las de su género en Aragón, incluso de los territorios vecinos. Tradicionalmente se cultivaron en sus jardines anejos diversas especies de plantas medicinales, cuyos excedentes se vendían al por mayor, y según opinión de Martínez Tejero, en ella trabajaron buena parte de los farmacéuticos mejor preparados en las distintas épocas de su larga historia”. La idea fue creciendo a medida que comenzaron a estudiar los ejemplos de otras ciudades que ya cuentan con museos de la farmacia, como Lisboa, Cracovia, Madrid o Heidelberg; en especial aquellos que están unidos a Academias de Farmacia como la Real Academia Nacional de Farmacia en Madrid, y la de Catalunya en el Masnou y Barcelona. (…)
Para leer el artículo completo haz click en el PDF adjunto.
