"Nuestra labor debe ir acompañada de una farmacoterapia efectiva y de un consejo profesional"

Con un amplio currículum formativo, Edgar Abarca aborda la profesión con una actitud novedosa y moderna. Docente, investigador, divulgador científico y director de diferentes asociaciones que pretenden implantar nuevas perspectivas en la labor farmacéutica y actualizar los conocimientos de los profesionales, también desarrolla un papel activo en los órganos del COF de Huesca.

Sus primeros recuerdos se remontan a la antigua botica donde su abuelo ejercía como mancebo. Parte de su familia son farmacéuticos, y esto le hizo optar la profesión. Después de trabajar en el extranjero decidió volver a la oficina de toda la vida en el municipio oscense de Barbastro.

Consciente de la responsabilidad de la labor farmacéutica, considera que la farmacia debe evolucionar conforme a la sociedad, y en este sentido, uno de los puntos clave es la formación. Uno de los mejores ejemplos es el Aula Lachén que Edgar ha puesto en marcha en su oficina, y que consiste en sesiones de actualización periódica de los conocimientos. “Estoy convencido de la importancia del farmacéutico como experto en el medicamento y como parte integral del equipo sanitario.  Nuestra labor no se ciñe únicamente a la dispensación de fármacos, sino que ésta debe ir acompañada de una farmacoterapia efectiva y de un consejo profesional. Sólo así seremos capaces de desarrollar equipos interdisciplinarios que estén preparados para el manejo de medicamentos cada vez más específicos”.

Esta visión integradora es precisamente la que permitirá, según Edgar, una mayor sostenibilidad del sistema, ya que el farmacéutico puede convertirse en un actor regulador del gasto sanitario, además de un garante del control de la farmacoterapia de la población que pueda verse más afectada por las medidas de ahorro. “Hay muchos estudios que demuestran que la intervención del farmacéutico en los tratamientos de los pacientes puede ser determinante en la contención del consumo de los recursos”.

Considera que el futuro de la profesión está asegurado porque “la sociedad requiere y requerirá de farmacéuticos que aseguren una utilización óptima mediante la información, el consejo profesional y el seguimiento farmacoterapéutico”. Para ello es necesario que la actuación del farmacéutico se dirija hacia nuevos campos, como la atención farmacéutica y la formulación de medicamentos individualizados. “La especialización es fundamental si queremos adaptarnos a los nuevos tiempos. Debemos dirigirnos hacia la implantación de nuevos servicios como los SPDs para pacientes polimedicados, las actividades encaminadas a la información sanitaria y a la prevención de enfermedades, etc.”.

Precisamente la farmacia Lachén es pionera en la implantación del Proyecto Formación Magistral, que además se ha trasladado a nivel nacional. “Hemos puesto en marcha este proyecto en colaboración con la Farmacia Marro, también ubicada en Huesca y liderada por Diego Marro. Estamos autorizados por el Gobierno de Aragón para elaborar a terceros (otras farmacias) y llevamos desde el año 2007 trabajando muy duro en la divulgación de la formulación a médicos”.

Para terminar advierte de la situación compleja que vive España a causa del envejecimiento de la población, y la incertidumbre que genera el escenario económico mundial. No obstante, se muestra convencido de que la clave del futuro está en lograr una inclusión real del farmacéutico en el equipo asistencial. “Ese debe ser uno de los principales retos de nuestro sistema sanitario. Sólo así lograremos ser competitivos e innovadores”.