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el farmacéutico | 12 Sara Gutiérrez (Bilbao) Esta joven farmacéutica es la tercera genera- ción de profesionales dedicados a la botica. Ya su abuelo amaba esta profesión, también sus padres le inculcaron el amor por la farmacia. “Es un trabajomuy recompensante”, nos asegu- ra con una gran sonrisa nada más entrar. “La mayor satisfacción de mi día a día es sentir que con tus conocimientos realmente ayudas a tus clientes, y que éstos confían en ti”. Con anza en el consejo profesional, ayuda en los problemas de salud, así comienza Sara nuestra entrevista: de niendo su profesión. Conozcamos su historia personal. “Llevo ejer- ciendo casi 10 años y en este tiempo los cam- bios más importantes son la e-rezeta, un gran avance en a cuanto comodidad y seguridad; el programa de VIH, que ya ha cumplido 10 años en el País Vasco; el SEVeM, muy útil para evitar las falsi caciones y los recortes de sanidad con los que mes a mes tenemos que lidiar”. Una labor, la del farmacéutico, que evoluciona a la par de los avances del sector. “Enmi farma- cia loquemás vendemos esmedicamentos, pero en los últimos años ha aumentado la demanda deproductosnaturales y toterapia, así comoun incremento de los laboratorios que se dedican a este sector”. Desde suboticaenBil- bao nos cuenta cómo ha evolucionado el modelo de farmacia. “Las o cinas de farma- ciaseorientancadavez más al sector servicios. Estosedebe,entreotros factores, a que la espe- ranzadevidaesmayor, y por eso se demandan programas como el SPD que supone una ayudaimportanteenel día a día de los pacien- tes”. Asegura que son servicios que deben estar remunerados junto con otros como la toma de tensión, la glucosa o el colesterol, porque contribuyen a controlar la salud del paciente. Entre las cuestiones que hay que mejorar está una mayor comunicación con el resto de profesionales sanitarios, y también evitar medidas como la bajada del precio de los medicamentos. “Se ha disminuido tanto el precio de los fármacos que, de algunamanera, se están devaluando, y esto provoca a su vez el desabastecimiento demuchosmedicamentos”. En el País Vasco no han sufrido los impagos, pero sí el copago. “Se trata de una medida que al principio generó un shock entre los usuarios, aunque ya se ha aceptado con normalidad”. Según Sara, ha supuesto un avance positivo porque el paciente “ha tomado consciencia de lo que cuestan sus tratamientos, y así evitamos un consumo indiscriminado de productos; aún recuerdo cómo en ocasiones te veías recogiendo del Punto Sigre decenas de cajas sin abrir”. T odo ello con el n de optimizar los recursos y asegurar un modelo que ofrece un servicio público esencial para el ciudadano. “Somos el primer contacto de cualquier persona con la sa- nidad, y además tenemos la suerte de ser una de lasprofesionesmejor valoradasdebidoanuestro caráctermultidisciplinar.Porlotanto,tenemosun armamuy poderosa en nuestramano”. Y respecto al fututo ¿qué queda por hacer? “Seguir formándonos y hacer una dispensación activa. Estamos capacitados para abarcar más campos como se ha visto en los programas de VIH, dispensación de metadona… también se podrían incluir otros muchos en la cartera de servicios como la recogida de muestras para el cribado de cáncer de colon o el seguimiento farmacoterapéutico”. Para que todo esto se haga realidad “necesitamos que el trabajo esté reconocido y remunerado”. Teresa Bidaguren (Bilbao) Teresa nos recibe en la puerta de su farma- cia. La botica no es un lugar extraño para ella, todavía recuerda cómo andurreaba tras su madre, también farmacéutica, y quien le inculcó la profesión. “Desde niña hemamado todo lo que tiene que ver con la farmacia. Aca- bé la carrera en 2004 y trabajé en Pamplona, luego en Trapagaran y por último en Bilbao en la farmacia de mi madre de la que soy titular desde 2015, cuando ella se jubiló”, nos cuenta con entusiasmo. A pesar de que el trabajo detrás de un mostrador puede ser a veces complicado, esta bilbaína dice estar cien por cien satisfecha con su profesión por lo mucho que ayuda a los demás. La farmacia ha evolucionado conforme lo ha hecho la sociedad. “La gente tiene diferentes necesidades que hace 20 años y otras deman- das. El abanico de opciones terapéuticas es mayor y la farmacia se hadiversi cadomucho”. Cierto es, pero ¿cuál es su experiencia perso- nal? “En mi farmacia dispensamos más medi- camentos que productos de parafarmacia en una proporción aproximada de un 60% frente a un 40%. Obviamente los medicamentos son nuestromodus vivendi, yaqueno sepuedenad- quirir enotros canales de venta; pero vendemos cada vezmás tratamientos de toterapia, com- plementos nutricionales y dermocosmética”. Y ¿cuál es el secreto para la incorporación de nuevos servicios? “Formación y profesio- nalidad, porque gracias a nuestra formación sabemos asesorar adecuadamente y eso es un gran valor añadido”. Hacia esta dirección se encamina la farmacia del futuro. “La botica está realizando un gran esfuerzo por implan- tar servicios para los pacientes y es imposible mantenerlos, salvo que sean remunerados”. El problema está en que “no hay interés en pagarlos ni por parte de los pacientes, ni por parte de la administración”. Y esto es así porque a menudo se han busca- do soluciones cortoplacistas. “Las medidas de los diferentes gobiernos se han basado en “Necesitamos que nuestro trabajo esté reconocido y remunerado”

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