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A tención profesional e individu- alizada. Amplitud de servicios y productos. Son las principales car- acterísticas de la farmacia de la que es titular Ana González Lafont en Aranda de Duero (Burgos). Allí trabajan seis farmacéuti- cos y diez técnicos en farmacia. Su horario es de 9:50 a 22:00 horas. Al entrar, llama la atención el color naranja que predomina en ella. “ Fue elegido por senti- mentalismo. Inicialmente, fue utilizado por mi padre, también farmacéutico, para identificar algunos productos. Luego, lo empleé en una pequeña farmacia que tuvimos en un pueblo de Soria y en otro pueblo de Burgos. Tenemos gratos recuerdos, lo llevamos en el corazón ”, narra. Además, les diferenciaba, “ al no acudir al tradicional verde de las farmacias ”. Los servicios que tienen implementados son aquellos que conllevan “ una acción favor- able para el paciente ”; como son el control sistemático de la tensión, el análisis de piel, la elaboración de SPD, el análisis de glucosa, el análisis de cabello, los talleres monográficos y un largo etcétera. Hay una gran variedad de clientes interesados por los servicios queofrecen. Abarcan segmentos diversos, desdepersonas de avanzada edad hasta grupos de personas jóvenes y deportistas, entre otros. Cuentan con 288 metros cuadrados en la planta baja y 145 en la entreplanta. La planta baja está distribuida en espacio de exposición Un potencial enorme “Las primeras medidas que se tomaron por el Covid-19 fueron las consideradas necesarias para impedir el contagio del virus” , puntualiza Ana González Lafont. Cita algunas como reducir el aforo, para lograr el distanciamiento entre los clientes, o el control de acceso a la farmacia, consiguiendo que se hiciera de una manera ordenada. Eliminaron el contacto directo con los productos expuestos. Todo se dispensaba a través de su personal. Modificaron la distribución de toda la farmacia, para que el tránsito por la misma fuera seguro y sin contacto entre los clientes. “Alcanzamos mayor agilidad en la dispensación, en lo que nos ayudaba enormemente el robot y la extraordinaria disposición de todo el personal de la farmacia, para el buen funcionamiento de lamisma” , comenta. Prescindieron temporalmente de todos los servicios que implicaban contacto directo con los pacientes e instalaronmamparas paramayor seguridadde los trabajadores. Su conclusiónes que, desde la farmacia, “sepuedeaportarmucho en la gestión de ésta u otras pandemias” . “Al ser instalaciones zonales, se puede desarrollar el control de los pacientes de la zona, haciendo test en las zonas de cada farmacia, seguimiento de los brotes en dicha zona, control de los productos que utilizan los clientes (mascarillas, guantes, etcétera), para que éstos estén adaptados a la normativa, sean seguros y realicen su función de formaadecuada, preparar conferencias para informar yasesorar a los clientes sobre cómo utilizar correctamente los equipos o cómo proceder en caso de contagio”, afirma. Es decir, “el potencial de la farmacia para la gestión de pandemias es enorme, sólo falta el interés de la Administración para aprovecharlo” . Ana González Lafont

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