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el farmacéutico | 20 Idoya Jorge (Zaragoza) Idoya sabe bien a qué se refiere cuando habla de botica. Hija y nieta de farmacéuticos, su familia ha vivido por y en la botica. “Llevo 27 años en este mundo, un mundo apasionante y enriquecedor. Sin duda uno de los mejores momentos es cuando un paciente te agradece la atención y la ayuda que le has prestado”. Su farmacia está ubicada en el casco viejo de Zaragoza, una zona comprometida desde el punto de vista socioeconómico, poblada en su mayoría por personas mayores y por po- blación inmigrante. “Durante lapandemianos convertimos en referentes de salud imprescin- dibles para nuestros pacientes. La saturación de los centros de Atención Primaria y el paso a la atención médica telefónica hizo que los pacientes acudieran a nosotros para un sinfín de necesidades de salud: desde la resolución de dudas sobre síntomas de Covid-19 hasta atención a síntomas menores y cribado de los pacientes que necesitaban atención del MAP”. Junto a ello, también se multiplicaron las consultas telefónicas a la farmacia. No cabe duda del pilar esencial que ocupa la farmacia en el sistema público de salud. “Este mundo complejo exige una colabora- ción y complicidad total de nuestro equipo de profesionales, al tiempo que demanda una formación constante y de valor que vaya en beneficio de nuestros pacientes”. Cambios que, además, afectan al modelo de farmacia que “se está transformando drástic- amente. Por un lado, la continua bajada del margen de los medicamentos representa una amenaza. Por otro, los pacientes demandan una farmacia más profesional, con más ser- vicios, que complemente los aspectos que el SNS no puede priorizar”. ¿Cómo equilibrar la balanza? “Apostando cada vez más por un farmacéutico preparado y profesional que diferencie claramente su servicio del de otros canales y aportando el valor añadido que le da su propia formación”. Más aún en un país como España, en el que “falta cultura del autocuidado y de una auto- medicación responsable”, asegura decidida, y añade: “Hay que educar a la sociedad en el valor del medicamento, que no radica en su precio, sino en su adecuada prescripción por el médico y en una correcta dispensación y seguimiento del problema de salud por su farmacéutico, así como en la adherencia del paciente”. A ello se une un uso racional de los recursos. “Esto pasa necesariamente por que los pacientes se sientan responsables de sus tratamientos de prescripción o indicación como actores de su propia salud y no como meros receptores de recetas”. El envejecimiento poblacional y el aumento de pacientes polimedicados y crónicos re- presentan grandes retos para el futuro del país.: “Deberíapotenciarse laAtenciónPrimaria y la coordinaciónde equiposmultidisciplinares que incluyeran a las farmacias comunitarias, si queremos que el sistema sea sostenible en los próximos años”. Ante tanto cambio ¿cómo será la farmacia del futuro? “Veo una farmaciade profesionales comprometidos con el paciente y en constante formación, una far- macia de dispensación, indicación y servicios profesionales adaptada a las necesidades de cada entorno”. Melania Herrero (Zaragoza) Melania lleva 16 años como titular de la bo- tica de Mequinenza, un municipio situado en la comarca del Bajo Cinca de apenas dos mil habitantes . “Lo mejor de esta profesión es el contacto directo con los pacientes, el poder aliviar sus dolencias con una atención personalizada y empática”. Esta labor es esencial en el medio rural, po- blado en su mayoría por personas mayores. “Actualmente la farmacia está adquiriendo un papel más importante conmayor especializa- ción y adquisición de conocimientos”. Y esto es así porque “poco a poco vamos siendomás considerados en la atención primaria y vamos estableciendo más relación con médicos cuyo objetivo común es mejorar la atención al paciente”. Una percepción que ha cambiado en las últimas décadas: “Debemos dejar atrás esa visión ‘comercial’ de nuestro trabajo y apostar por lo que somos: expertos en el me- dicamento”. Esto se ha visto claro durante la pandemia: “Antes no teníamos barreras (pantallas) que nos impidieran estar cerca de los pacientes, no existía la distancia de seguri- dad ni el aforomínimo, ahora atendemos sólo a dos personas y además preparamos pedidos por encargo donde se pierde ese contacto di- recto, pero a la vez evitamos que los clientes permanezcan mucho tiempo de espera en la farmacia previniendo así posibles contagios”. En el caso de la botica de Melania, al ser farmacia única, su cierre hubiera causado un grave problema para la población. “Segui- mos abiertos, incluso lo estuvimos durante los meses de confinamiento domiciliario”. ¿Tiene futuro el modelo actual? “La ventaja de este modelo es que no se convierta la farmacia “Hace falta más financiación en investigación, en centros médicos y en profesionales sanitarios” “Debería potenciarse la Atención Primaria y la coordinación de equipos multidisciplinares que incluyeran a los farmacéuticos comunitarios”

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