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La Farmacia Asistencial, ahora más necesaria que nunca El paciente ha de ser y es el eje del proceso de atención (socio) sanitaria. Pero, por desgracia, este último añoparece (y digoparece, porque ésa es la sensación que nos transmiten) que se están olvidando de él. Y, sobre todo, del paciente crónico. ¿Podemos decir que es el tiempo de la Farmacia Comunitaria? Bueno, la verdad es que es, ha sido y será, porque la Farmacia Comunitaria siempre ha estado ahí, lo que pasa es que algunos no lo quieren reconocer. Bueno, sí, lo reconocen, pero no en público. Sin el papel trascendental del Farmacéutico Comunitario en lo relativo a la atencióndel pacienteenestapandemia los re- sultados en saludhubieran sidomuydistintos. Lástima que sólo en algunas comunidades se acuerden de nosotros para colaborar conjun- tamente enestrategias de saludpública como ha sido la realizaciónde test de antígenos y las vacunaciones por los farmacéuticos madrile- ños, pero si no llega a ser por el empeño de unos pocos, ni eso hubiéramos conseguido. ¿Qué tenemos que hacer para demostrar la valía de la Farmacia Comunitaria y que sea unapataque también sostengaunaestrategia de atención multidisciplinar al paciente? ¿O es que no llegan nuestras reivindicaciones a donde tienen que llegar o no tenemos sufi- ciente fuerza como colectivoparadefenderlas y luchar por ellas? Pero no es tiempo de lamenta- ciones sino de seguir demos- trando día a día la relevancia del Farmacéutico Comunitario en lo relativo a la mejora de la adherencia del tratamiento en el paciente crónico, de la indicación de tratamientos ante la consulta de síntomas meno- res, cuya resolución supone un ahorro de tiempo y de dinero a nuestro maltrecho sistema de salud, de la participación en proyectos de educación para la salud, de la realización de cribados… No debemos olvi- dar que cada día acuden a las farmacias españolas 2.000.000 de personas, que la existencia de la receta electrónica ha condicionado que el único profesional sanitario por el que un paciente es atendido, como mínimo, una vez al mes, es por el Farmacéutico Comunitario y que es el profesional más cercano y accesible a la población, acentuado este hecho ahora que las consultas con Atención Primaria no son, en la mayoría de los casos, presenciales. Sinceramente creoqueelmodelodeAtención Primaria en España se ha visto superado por esta pandemia y que los responsables de la gestiónpúblicahanobviado la imprescindible colaboración o coordinación con uno de los profesionales sanitarios necesarios para reali- zar un abordaje esencial al proceso asistencial del paciente. Anteponer la ideología a criterios sanitarios (creo) no ha sido una buena estra- tegia ni un buenmodelo de gestión sin haber atribuido al Farmacéutico Comunitario una serie de competencias que hubieran podido servir de engranaje del sistema. Peroes ahí donde tenemosquedemostrarque la Farmacia es realmente asistencial. Porque, mepregunto, ¿somos todos asistenciales? Far- macéuticos ya séque sí, pero…¿asistenciales? El dispensar un medicamento a un paciente y decirle buenas tardes no es ser asistencial. El ser asistencial implica mucho más. Y esa implicación es la tenemos que llevar a cabo el 100%de los Farmacéuticos Comunitarios para que, entonces sí, podamos defender, sin tener que echar la vista atrás para ver si nos sigue alguien, la bandera de la farmacia asistencial. Y eso es algo que desde SEFAC llevamos años haciendo. Sigamos, pues, y sumemos, con nuestro buen hacer y luchando por un modelo de Atención Primaria en el que la participación del Farmacéutico Comunitario consiga esa trascendencia que reclama la profesión y que tanto necesita el paciente. José Luis Allué Blasco Farmacéutico en Zaragoza Presidente de la Delegación de SEFAC Aragón, La Rioja y Navarra Adherencia terapéutica: el medica- mento más caro no es el de mayor precio, sino el que se usa mal o no se usa El 21 de marzo de 2019, Infarma se clausu- raba en Barcelona. Han pasado dos años y a los retos del sector, marcados en aquellas jornadas, se ha sumado la terrible pandemia de la Covid-19. Pero los retos siguen vigentes, y el primero de ellos es la adherencia al trata- miento en personas mayores polimedicadas. La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la adherencia como “el grado en el que laconductadeunpaciente, enrelacióna latoma demedicación, el seguimiento de una dieta o la modificacióndehábitosdevida, se corresponde con las recomendaciones acordadas conel pro- fesional sanitario” . Desde luego es un reto que no solo se ha mantenido, sino que, lamentablemente, ha acentuado la necesidad de atajarlo, ya que todos y cada uno de los factores relacionados con la adherencia terapéutica: 1.- Terapia, 2.- Sistema Sanitario, 3.- Enfermedad, 4.- Paciente y 5.- Socio-económicos, se han visto alterados en detrimento de una buena adherencia al tratamiento. Como ejemplos que todos co- nocemos, los tratamientos han aumentado su duración sin supervisión médica, han tenido un seguimiento inadecuado, en las enferme- dades asintomáticas el paciente seha relajado, la falta de conocimiento sobre su patología y la dificultad de acceso al Sistema Nacional de Salud (SNS), así como la crisis que viene, está poniendo la adherencia al tratamiento como el gran reto del sistema de salud para la próxima década. ¿Quién es el principal interesado en ser adhe- rente al tratamiento? El primero el paciente, y el segundo el paciente, porque todos los pacientes somos contribuyentes al Estado y somos nosotros quienes pagamos nuestros propios tratamientos y los de nuestros con- ciudadanos. Antes de esta pandemia tan solo el 50% de la población era adherente a su tratamiento, un porcentaje baja hasta el 28% en pacientes con depresión o al 41% en pa- cientes con EPOC. Todavía no tenemos datos

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