ESPECIAL COVID-19: UN AÑO DESPUÉS

ESPECIAL COVID-19 cuyos retornos son claros desde una triple perspectiva sanitaria, económica y social ”. Un tercer aspecto relevante es el de la co- laboración público-privada en materia de investigación. Hace tiempo que “ la investigación de medicamentos es cada vez más abierta, colaborativa e internacional ”. La crisis lo está constatando: “ Compañías entre ellas y con gobiernos e instituciones públicas han colaborado y lo siguen haciendo para acelerar los procesos y ganar tiempo, lo que se traduce en salvar vidas ”. Más allá de lo terrible de la experiencia que estamos viviendo, Urzay cree que, “ como industria farmacéutica ”, deben sentirse orgullosos de responder como lo están haciendo. “ Es difícil estar preparado para una crisis tan excepcional como ésta, pero el sector ha dado una respuesta excelente poniendo toda su experiencia, re- cursos y liderazgo para, en colaboración con gobiernos y comunidad científica, lograr que apenas nueve meses después de declararse la pandemia ya hubiera una primera vacuna aprobada ”, insiste. Rat- ifica que en España también hemos dado muestra de fortaleza y carácter estratégico. Informa de que “ la rápida movilización de las compañías y la coordinación con la Administración sanitaria y resto de agentes del medicamento impidió problemas serios de suministro, logró normalizar con rapidez la investigación clínica de patologías no Covid e impulsar numerosos ensayos contra el coronavirus, hasta el punto de ser el primer país de Europa, y generó ayudas sobre el terreno para contribuir a afrontar las extraordinarias demandas sociosanitarias ”. Todos los medios disponibles Le cuestionamos si hemos pasado lo peor. Puntualiza que son los expertos en epidemiología los que pueden dar una respuesta a esa pregunta. “ Lo que está claro es que el mundo cuenta ya con hasta cua- tro vacunas eficaces contra el coronavirus aprobadas por las agencias europea y estadounidense y una veintena más en vías de aprobación por nuestras autoridades o en la última etapa de investigación ”, pro- nuncia. Junto a ello, “ se están poniendo todos los medios disponibles paramultiplicar la producción de vacunas y que en los próximosmeses haya suficientes para lograr la denominada inmunidad comunitaria ”. Queda mucho por hacer, “ pero tenemos que ser positivos ”. ¿La industria farmacéutica está siendo clave para la solución del problema?“ Desde luego, somos parte nuclear de la solución ”, corrob- ora. Primero, fue crítico garantizar el suministro de medicamentos, que en los momentos más duros de la crisis estuvo en riesgo por el incremento repentino de la demanda, por las medidas en las fronteras y por los acopios en muchos países. El objetivo era que ningún paciente se quedara sin su medicamento. Ni los que es- taban ingresados por coronavirus y necesitaban medicamentos esenciales, ni los 25 millones de personas en España que toman al menos un fármaco al día para poder hacer una vida normal. Las compañías hicieron “ un gran esfuerzo ” tanto en producción como en importación para que ningún paciente se viera privado de su medicamento, y se consiguió. Con respecto a la investigación, “ la experiencia y liderazgo de la industria han sido definitivas, dentro de la cooperación internacional, para lograr reducir de diez a uno los años habitualmente necesarios para desarrollar medica- mentos y vacunas ”. Urzay remarca que, junto a la colaboración con instituciones y centros de investigación públicos, la cooperación entre compañías ha sido otra clave en la investigación y lo está siendo ahora en la producción. Cuenta que hay pocas plantas en el mundo capaces de producir vacunas, y las empresas desarrolladoras han cerrado acuerdos con todas las que pueden hacerlo. Incluso se está colab- orando entre compañías competidoras, “ con el objetivo único de ganar tiempo al tiempo ”. Primordial ha sido mover los recursos necesarios para conciliar el esfuerzo por desarrollar medicamentos y vacunas contra el Covid-19 con la obligación de no detener la investigación en el resto de las patologías, “ lo que sería reducir las esperanzas de muchos pacientes que en el mundo tienen sus esperanzas puestas en los avances en las distintas áreas ”. Igualmente, ha sido un reto asegurar la producción de medicamentos y otras operaciones en medio de las medidas preventivas que han tenido que tomar las autoridades. Las com- pañías han respondido bien, con planes de contingencia que han permitido que estas actividades no sólo no se resintieran, sino que respondieran a las necesidades extraordinarias. Asimismo, desde el punto de vista de la comunicación, han tenido que responder. Como sector estratégico desde el inicio de la crisis, la demanda informativa se ha multiplicado, y en particular desde Farmaindustria han hecho un esfuerzo para trasladar “ con rapidez, información útil y rigurosa ”. Por último, abordamos con Urzay cómo debe ser el sistema sanitario que salga de esta pandemia. “ Desde luego, ha de ser un sistema sanitario dotado de mayores recursos, capaz de afrontar los nuevos desafíos que se plantean, de los que la pandemia está siendo un ejemplo; con mayor agilidad y con mecanismos que le permitan ganar en eficiencia ”, razona. Repite que la salud está estrechamente ligada a la economía y el bienestar tal y como lo entendemos en las economías desarrolladas. Insta a dejar de hablar de gasto sani- tario y hacerlo de inversión: “ una inversión con muy claros retornos sanitarios, económicos y sociales ”. “ Una demanda y, al tiempo, una oportunidad, es el impulso a la inves- tigación ”, añade. Hoy no cabe separar la prestación sanitaria de la investigación. España es ya una referencia internacional en investi- gación clínica. Ésta genera un círculo virtuoso, es decir,“ permite atraer inversión de la industria farmacéutica para el sistema sanitario, facilita que los profesionales sanitarios estén en vanguardia científica, tengan experienciaque aplicar a su labor asistencial, y abremás oportunidades a los pacientes a través de la participación en ensayos clínicos ”. Sobre estas bases confluyen la colaboración entre sistema de salud e industria farmacéutica como principal impulsora de la investigación (el 80% de los ensayos clínicos está liderado por compañías farmacéuticas) y del desarrollo del medicamento. Éste debe ocupar el lugar que merece en la atención sanitaria moderna, que tiene que garantizar el mejor acceso posible. Hasta el 73% del incremento de la esperanza de vida en los países desarrolla- dos se atribuye directamente a los nuevos medicamentos. Ahí radica su valor, que va más allá de lo sanitario. “EN COLABORACIÓN CON GOBIERNOS Y COMUNIDAD CIENTÍFICA, SE HA CONSEGUIDO DISPONER DE VACUNAS EFICACES EN MENOS DE UN AÑO”

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