ESPECIAL COVID-19: UN AÑO DESPUÉS

ESPECIAL COVID-19 mantenido (y seguiremos manteniendo), reuniones con la Administración para tratar este tema, y he de decir que la sensibilidad y predisposición para arreglar este problema es total por su parte”. Desde el Senado han partido diferentes iniciati- vas este año destinadas a solicitar al Gobierno que se tomenmedidas estructurales que garanticen la supervivencia de la farmacia rural, de manera que confiesa su optimismo “en que, en no demasiado tiempo, se aprueben y apliquen”. De hecho, aclara que “la respuesta no ha podido ser mejor” , y agradece a todos los representantes con los que han hablado. En este sentido, detalla que han notado que existía un cierto desconocimiento en general por la labor y situación de la farmacia rural, “cosa que nos sor- prende porque nuestras corporaciones profesionales son perfectamente conscientes de ello”, pero, una vez hecha la composición de lugar, “lo cierto es que se han volcado en apoyar nuestras reivindicaciones”. SEFAR apuesta por la digitalización Igualmente, la pandemia ha servido para acelerar todo el proceso de digitalización en el ámbito sanitario, un hecho que para él “no es el futuro, sino el presente más inmediato. Desde SEFAR siempre hemos pensado que la sanidad rural será, en parte, digital o no será, debido a la escasez de profesionales y servicios sanitarios en nuestromedio”. Frutodeello, estemismoañohan lanzado, juntoa laSociedadEspañola de Farmacia Hospitalaria (SEFH), el proyectoTelémaco, “que no esmás que digitalizar procesos en beneficio del paciente y que pensamos que es el germen de un nuevo enfoque de laAtención Farmacéutica”, explica. Además, considera que la aceleración de la digitalización en lo que se refiere a formación, congresos, asambleas, etc. “es unbeneficio para nuestros compañeros ya que, la mayoría de ellos, lo tienen realmente complicado a la hora de desplazarse”. En definitiva, “ha venido para quedarse, y esperamos que nuestros representantes profesionales no se queden atrás a la hora de implementar una digitalización real en el mundo de la farmacia”. En cambio, el futuro cercano es más incierto, y el presidente de SEFAR no se atreve a hacermuchas predicciones sobre 2021. Pero sí que con- fía en que las medidas que se han ido tomando hasta ahora, junto al proceso de vacunación, “nos permitan volver a una situación de cierta normalidad, aunque no será como la de antes ”. Acerca de la situación de los profesionales de la farmacia rural, “creo y espero que el 2021 se convierta en el año en que se tomenmedidas que garanticen la supervi- vencia de la farmacia rural y la consoliden como un pilar fundamental de nuestro sistema sanitario”. Y una vez pase este difícil periodo, e insiste en que pasará, “esperamos que todoshayamosaprendidoquees imperiosocontar conunsistemade salud fuerte y robusto, que el llamado gasto sanitario no es tal sino una inversión y que recortes en este campo se acaban pagando (ymucho) en el futuro” . Por partede SEFAR, concluye, esperancontinuar su cometido de “seguir peleando para que se reconozca la labor de nuestros compa- ñeros y se les vea como una partemás de nuestro sistema sanitario, y no como ocurre actualmente, como un simple proveedor”. “DESDE SEFAR SIEMPRE HEMOS PENSADO QUE LA SANIDAD RURAL SERÁ, EN PARTE, DIGITAL O NO SERÁ, DEBIDO A LA ESCASEZ DE PROFESIONALES Y SERVICIOS SANITARIOS EN NUESTRO MEDIO” medicamentosdispensados ynootro tipode servicios o laesencialidad de los establecimientos, “la situación seguirá empeorando”. Desde la distancia, el presidente de SEFAR reflexiona sobre cómo ha afectado el Covid-19 a estos establecimientos. Económicamente ha- blando, ha habido, en general, “un cierto repunte” debido al aumento de población y a la dispensación de productos como mascarillas y geles. Si bien, creeque laprohibiciónde circulacióndurante la Semana Santa, uno de los periodos conmásmovimientos de turismo rural, “va a afectar muy negativamente”. En cuanto a la cara humana, “este periodo está suponiendo un reto para estos compañeros. Noolvidemos que, en lamayoríade los casos trabajan solos, y la carga de trabajo se ha multiplicado” . Además, comenta, “la situación de incertidumbre ante el futuro ha hecho mella. Desde SEFAR estamos notando una situación general de agotamiento psicológico”. Una labor social y de cohesión Pese a todo, considera que, almeno, la crisis ha servidopara reivindicar el peso “esencial” d e la farmacia rural en el sistema sanitario español. JuntoaAtenciónPrimaria,manifiesta, “esunapiezaclaveparagarantizar su cohesión, es la que permite la universalización del acceso al medica- mento y la que justifica nuestromodelo de prestación farmacéutica” . No podemos olvidar, agrega, “que en la mayoría de los casos es el único establecimiento sanitariodisponibleparael pacientedurante todoel día, lo que hace que su labor vayamuchomás allá de lamera dispensación”. Así que, a su modo de ver, la crisis ha sido una prueba más de que la labor de la farmacia rural es “imprescindible” para sus pacientes. “Durante gran parte de la actual situación de alarma sanitaria, muchos consultorios rurales han permanecido cerrados al público, lo que ha convertido a la farmacia en el eje de la atención sanitaria rural”, expone Espolita . Por otro lado, señala que se ha acentuadomás la labor social que ejercen estos establecimientos en el medio rural. “Más allá de la función sanitaria, el ayudar a estos pacientes, informarles, realizarles las gestiones con sus centrosmédicos, acompañarles, preocuparse por ellos, etc., es unade las característicasmás propias de estas farmacias y, tal vez, haya sidomás visible en esta situación”. En este sentido, y pensando en las lecciones aprendidas, el presidente de SEFAR destaca que han sidomuchas: “Quenuestro sistema sanitario tenía deficiencias que hasta ahora desconocíamos, que no podemos depender de fabricantes externos en lo que se refiere a medicamentos y productossanitarios, que lacapilaridadqueofrece lafarmaciay ladistribu- ción farmacéutica es clave a lahorade abordar situaciones de crisis, etc.” . Asimismo, en lo que a los profesionales se refiere, en su opinión ha quedado demostrado lo que venían denunciando: que la precaria situación en la que se encontraba la farmacia rural podría provocar una merma en la atención sanitaria de los pacientes. “Creo que esta crisis la hemos pasado con nota, pero dudo que, si no se tomanmedidas, podamos enfrentarnos a la siguiente”, declara. Precisamente, la demanda de SEFARde adoptarmedidas estructurales urgentes no es nueva, la llevan reclamando largos años. Pero sí que se ha dado algún paso en este sentido, como explica Espolita: “Hemos

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