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| 80 monográfico Problemáticas específicas Además, existen determinados problemas, como el melasma (manchas en la piel del rostro), que no solo deben ser tratados con fotoprotección en verano, porque pueden agravarse también con exposiciones solares en otra época del año. Pero el invierno también puede ser un aliado para la piel, como ocurre en el caso de las personas que sufren hiperpigmentación. El invierno es la mejor época para realizar tratamientos despigmentantes faciales intensivos, tanto domiciliarios como en la consulta médica (peelings químicos o mascarillas). Para cuidar el cutis en invierno loprimero que LAVITAMINA AY LOS BETACAROTENOS TAMBIÉN SON UNA PROTECCIÓNMUY FUERTE PARA LA PIEL mente en el caso de necesidades concretas. Cuando la humedad ambiental baja del 90 al 60%, la piel pierde, igualmente, un 30% de humedad. Por estemotivo, hay que elegir con mucho cuidado la crema a utilizar para hidratar el cutis en invierno. Los especialistas en cosmética vienen centrando desde hace tiempo sus investigaciones en las reacciones de la epidermis frente a las bajas temperaturas. Por eso, la mayoría de las gamas de cuidados cosméticos diarios cuentan con productos para pielesmuy secas, ideales para esta estación, y también las llamadas cold creams, un tipo de crema que contiene en su composiciónmuy poca agua ymucho aceite. En invierno también es importante prestar atención a los productos que se utilizan para desmaquillarse. Independientemente del tipo de piel, en esta época es mejor sustituir los jabonosos por leches limpiadoras y cremas suaves. Alimentación De la misma forma que alimentamos nuestro organismo para tener más energía, sentirnos mejor y protegernos de las enfermedades, la piel también necesita comer y estar bien nutrida, en especial durante los meses más fríos del año. El frío es uno de los factores externos más perjudiciales para la piel, ya que altera su barrera de protección natural causando tirantez, sequedad, irritación y envejecimiento prematuro. Por ello, es necesario un extra de hidratación y, principalmente, una nutrición adecuada. Para protegernos de la piel seca en losmeses de invierno, puede ser útil tomar algunas precauciones, incluso en la mesa. En primer lugar, beber mucho, al menos 3-4 litros de agua diluidos durante el día y, preferiblemente, entre comidas. También podemos aprovechar algunas valiosas vitaminas como la vitamina C, que podemos suplementar, si nos resulta imposible tomar la cantidad correcta a través de los alimentos ingeridos, por ejemplo, mediante naranjas o kiwis. Zonas sensibles al frío La piel tiene una importante función barrera para evitar la pérdida de agua que se produce a través de ella. Cuando las condiciones medioambientales son extremas, con poca humedad y mucho viento, esa pérdida se acentúa, pudiéndose ver la piel entonces afectada por diversas alteraciones. Por eso es muy importante que nuestra piel esté preparada para ello, sobre todo en estas cuatro zonas: - Ojeras. La temperatura es uno de los factores que influye en el color de la piel. Cuando la piel está caliente, el flujo arterial es rápido y la piel se pone sonrosada, pero en caso contrario se muestra azulada. Estas diferencias de color se acentúan en la zona ocular por el poco espesor de la piel en la misma. - Labios. La piel de los labios es fina y delicada y debajo de ella se encuentra la musculatura, el tejido neurovascular y el tejido mucoso y submucoso donde se encuentran las glándulas salivales que los mantienen húmedos. Pero el frío, el viento y la sequedad los resecan y deshidratan ya que no tienen glándulas sudoríparas ni sebáceas que les aporten hidratación o nutrición extra. - Rostro. Los vasos sanguíneos se contraen por efecto del frío para mantener el calor, y por ello el aporte de sangre y oxígeno a los tejidos disminuye. Esto provoca un enlentecimiento de la descamación natural (se acumulan entonces más células muertas en nuestra piel) y un descenso de agua en la epidermis (hace que disminuya la actividad de las glándulas sebáceas). Todo ello provoca que se produzca una sensación de sequedad y tirantez en la piel, así como la aparición de escamas finas que pueden originar incluso picor. Y a ello hay que añadir el hecho de que nuestro cutis tendrá un aspecto cetrino y poco luminoso, por lo que debemos dedicarle un cuidado muy especial. - Manos. Junto con el rostro y los labios, son las zonas más expuestas al rigor del invierno, y, por lo tanto, las que más sufren las consecuencias. El dorso de las manos tiene un vellomuy fino y pocas glándulas sebáceas (a diferencia de las palmas, donde el tejido celular subcutáneo es muy rico en fibras y grasa), y por eso tienden más a la sequedad. Este hecho, unido a que con los continuos lavados, el frío y el viento, el manto ácido se pierde y las glándulas sebáceas no pueden reponerlo de forma eficaz, hace que sea imprescindible proteger las manos con cuidados específicos. DURANTE LOS MESES DE INVIERNO EL ESTADO DE LA PIEL EMPEORA, PORQUE EL MANTO HIDROLIPÍDICO DE LA EPIDERMIS SE DEBILITA debemos hacer es averiguar nuestro tipo de piel, pero sin olvidar que no es homogénea. La piel de nariz, mentón y frente esmás grasa e hidratada, mientras que la de las mejillas y la región preauricular (la piel de delante de las orejas) es muy fina y con muy poca hipodermis. Por ello, estas zonas acusan más los daños invernales en forma de desecación, envejecimiento prematuro y, en las pieles más delicadas, capilares dilatados (cuperosis). La farmacia comunitaria, por su cercanía a la población y sus conocimientos en dermatología, es el punto sanitario ideal para recibir asesoramiento profesional sobre cuidados específicos de la piel en invierno, especial-

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