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¿Cuál es su causa? Desde el momento en que hay pacientes con solo rojez (que en unos casos es permanente y en otros no), otros solo con granitos y otros con ambas manifestaciones, es probable que el término rosácea sea una especie de cajón de sastre donde incluimos muchos cuadros que no sean exactamente lo mismo. Es posible que, con el tiempo, varíe la terminología en relación con su diagnóstico. Se han descrito diferentes factores que influyen en la aparición de rojez y granitos. Por una parte, se sabe que existe una desregulación del sistema inmune a nivel local, tanto del innato como del adaptativo. Cabe destacar que a nivel cutáneo hay unamayor producción de catelicidinas, péptidos capaces de aumentar la reactividad vascular y la inflamación local. En segundo lugar, la presencia del demodex folliculorum en la piel facial tiene relevancia en cuanto al desarrollo de brotes de rosácea. Este ácaro vive de forma normal en los folículos de la piel facial, pero su frecuencia es mayor en personas con rosácea. La relación de la rosácea con el microbioma intestinal, así como la presencia de helicobacter pylori, no han sido suficientemente demostrados a día de hoy. En tercer lugar, los vasos cutáneos en las personas con rosácea son más reactivos a los estímulos que en personas sin la enfermedad. Esto hace que se vasodilaten ante fricción, cambios de temperatura o ejercicio, haciendo que la piel se torne roja. Sin embargo, los mecanismos por lo que esto ocurre no están claros. ¿Cuál es su evolución? Como tantas otras enfermedades de la piel, la rosácea, una vez se presenta, tendrá un curso crónico. Lamentablemente no sabemos curarla de forma definitiva y esto debe conocerlo el paciente. Existen ciertos estímulos que pueden hacer que se acrecenten los síntomas como son las bebidas calientes, el alcohol, el tabaco, el café, la exposición al sol, las comidas picantes, la irritación con productos tópicos, algunos sentimientos como el enfado o la vergüenza o el deterioro de la función barrera de la piel. La rosácea no es el reflejo de ninguna alergia. Aunque se trata de una enfermedad de la piel, algunos estudios apuntan a una posible asociación con otras enfermedades intestinales, neurológicas (migraña enmujeres mayores de 50 años), enfermedades autoinmunes o depresión. La relación causal entre la rosácea y estas entidades no está establecida y, por eso, en la práctica habitual, no realizamos pruebas para detectarlas cuando vemos en la consulta a un paciente con rosácea. ¿Cómo la tratamos? Tratamientos tópicos Apesardel grannúmerodeproductos cosméticos comercializadospara mejorar la rojez de la piel con la etiqueta‘antirrojeces’, la realidad es que su efectividad es muy limitada. En este sentido, solo una molécula ha demostradoevidencia científica: labrimonidina. Se tratadeunagonista de los receptores alfa-2 de los vasos que, al unirse a ellos, evita la vasodilatación. Su efectividad real es muy variable: hay pacientes que en él han encontrado una gran solución, otros a quien le irrita y sufren un efecto rebote, yotrosque refieren inclusounblanqueamientoexcesivo. Para tratar los granitos presentes en la rosácea, normalmente recurrimos a medicamentos tópicos con evidencia científica demostrada. Los más habituales son el metronidazol en gel, el ácido azelaico o la ivermectina en crema, siendo esta última es lamás efectiva de los tres. Esos tratamientos hacen que los granitos mejoren y, al reducir la inflamación, en algunos casos indirectamente aclaran ligeramente la rojez. Tratamientos sistémicos En situaciones en que los tratamientos tópicos no son suficientes, recurrimos amedicaciónoral. Los aliadosmás frecuentemente usados para brotes puntuales son los antibióticos; generalmente doxiciclina o azitromicina (en pulsos de 3 días) durante varias semanas. En casos muy recurrentes podemos también utilizar isotretinoína (cuya indicación es el acné) fuera de ficha técnica a dosis bajas, con loque solemos obtener un buen control de los síntomas. Fuentes de luz El láser y la luz pulsada son buenos aliados para eliminar la rojez de la piel que las cremas no consiguen optimizar de forma permanente. Mediante la coagulación de los vasos cutáneos más superficiales obtenemos una mejoría de la reactividad de los mismos y, por tanto, una reducción en la rojez. Si bien los resultados son buenos, no es raro que al cabo demeses o años la rojez vuelva a intensificarse, por lo que puede ser necesario repetir los tratamientos de forma periódica para unos resultados mantenidos en el tiempo. Consejos generales En general, recomendaremos a los pacientes que eviten los estímulos desencadenantes descritos en apartados anteriores. Es importante tener una rutina que incluya fotoprotección, productos cosméticos no irritantes y limpiadores suaves para labarrera cutánea. Unahidratación diaria con productos específicos también es esencial. Por otro lado, los pacientes con rosácea pueden encontrar un buen aliado en los productos de corrección y maquillaje, que en muchos casos mejoran la calidad de vida de una forma sencilla. CAUSA DESENCADENANTES SÍNTOMAS TRATAMIENTO Desregulación inmune Demodex folliculorum Vasodilatación Tópico: Brimonidina Ivermectina Metronidazol Sistémico: Antibióitcos Isotretinoína Rojez facial Pápulas y pústulas centrofaciales Posible afectación ocular Alcohol Exposición solar Cambios de temperatura Comidas picantes

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