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Las dimensiones que está asumiendo el problema son particularmente graves ya que, más allá de sus inmediatas consecuencias estéticas y sociales, el sobrepeso y la obesidad representan importantes factores de riesgo para las enfermedades metabólicas y degenerativas, como cardiopatías, enfermedades cerebrovasculares, respiratorias y osteoarticulares, diabetes, esteatosis hepática y calculosis. Circunferencia umbilical también bajo control Aunque en distinta medida, las personas con sobrepeso y obesas se caracterizan por presentar un exceso de grasa, que se acumula en el tejido adiposo. Durante mucho tiempo se ha pensado que el tejido adiposo era un simple depósito de las reservas energéticas, pero, en realidad, desempeña otras actividades muy importantes, como la producción de unas sustancias biológicamente activas llamadas ‘adipoquinas’, capaces de regular el metabolismo de las grasas y otras funciones fisiológicas. Cuando se sobrecarga con un exceso de grasa, el tejido adiposo libera sobre todo adipoquinas de tipo inflamatorio que tienen consecuencias negativas en todo el organismo, aumentando el riesgo de que se manifiesten enfermedades metabólicas y cardiovasculares. La grasa presente en el abdomen, grasa visceral, es capaz de producir una mayor cantidad de citoquinas inflamatorias que la grasa de las otras zonas del organismo. Por este motivo, es necesario prestar gran atención no solo a los kilos demás, sino también a la distribución de la grasa y, sobre todo, al valor de la circunferencia umbilical (es decir, la circunferencia del abdomen medida a la altura del ombligo), considerada como un indicador de la cantidad de grasa presente en el interior del abdomen (grasa visceral). Si tenemos en cuenta estos datos, las personas que se encuentran en un intervalo normal de peso y de Índice de Masa Corporal (IMC) deberían tener igualmente bajo control la circunferencia abdominal, dado que está considerada como un factor de riesgo independientemente del peso. + Fuentes científicas: 1. Organización Mundial de la Salud (OMS): ‘Proyectos de recomendaciones para la prevención y el tratamiento de la obesidad a lo largo del curso de la vida, incluidas las posibles metas’ https://cdn.who.int/ media/docs/default-source/obesity/who-discussion-paper-on-obesity- --final190821-es.pdf?sfvrsn=4cd6710a_24 2. Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad - https://www. seedo.es/index.php/comunicacion-seedo-2 3. Stagi S et al. Policaptil Gel Retard® significantly reduces body mass index and hyperinsulinism and may decrease the risk of type 2 diabetes mellitus (T2DM) in obese children and adolescents with family history of obesity and T2DM. Italian Journal of Pediatrics, 2015 4. Fornari E et al. Policaptil Gel Retard Intake Reduces Postprandial Triglycerides, Ghrelin and Appetite in Obese Children: A Clinical Trial. Nutrients 2020 5. Studio clinico di efficacia su peso, profilo glicemico, lipidico in soggetti adulti sovrappeso e lievemente obesi –Vettor, Dipartimento di medicina interna, Università di Padova. 6. Studio di efficacia in soggetti adulti sovrappeso e obesi – Del Prato, Dipartimento Endocrinologia e Metabolismo, Sezione di Diabetologia e Malattie Metaboliche Studio di sicurezza in soggetti adulti normopeso – Del Prato, Dipartimento Endocrinologia e Metabolismo, Sezione di Diabetologia e Malattie Metaboliche dell’Ospedale Cisanello di Pisa. so; 150 millones de niños de entre 5 y 19 años presentaban obesidad; 1.900 millones de adultos tenían sobrepeso, y 0,6 millones de adultos eran obesos. En España, según datos de la última encuesta de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO)2, realizada a principios de 2022, el 53,8% de los entrevistados padecían exceso de peso. Concretamente, un 36,6% de ellos sobrepeso y un 17,2% obesidad. Las nuevas costumbres alimentarias y un estilo de vida sedentario han contribuido a este aumento del sobrepeso, favorecido por la predisposición genética a crear reservas de grasa debido a las condiciones en las que ha tenido lugar la evolución de la especie humana. Nuestra especie se ha desarrollado en situaciones de ausencia de comida y esto ha favorecido genéticamente la capacidad de acumular reservas, dado que, en aquellas condiciones, resultaba más ventajosa que la capacidad de eliminar el desequilibrio energético entre una ingesta de calorías excesiva y una reducida actividad física. La raíz de este desequilibrio se encuentra en los cambios experimentados por la sociedad con el crecimiento económico, la modernización, la urbanización y la globalización de los mercados alimentarios. La alimentación se ha modificado, aumentando el consumo de alimentos de alta densidad energética desprovistos de fibras y con un mayor porcentaje de grasas saturadas y azúcares refinados. Al mismo tiempo, la disminución del esfuerzo físico en el trabajo, el transporte automatizado, la tecnología doméstica y el sedentarismo durante el tiempo libre han comportado una drástica reducción de la actividad física. El sobrepeso y la obesidad: un serio problema de salud Muchas personas de edad comprendida entre los 18 y los 69 años presentan un exceso ponderal. La creciente difusión de este problema entre la población infantil es particularmente preocupante. El sobrepeso durante la infancia tiene efectos negativos en la salud tanto durante la infancia misma como en la adolescencia y en la edad adulta. Si un niño es obeso a los 6 años, tiene muchas posibilidades de serlo también de adulto. La mayor parte de los adolescentes obesos sigue siéndolo durante la edad adulta por la mayor dificultad que experimenta para lograr un adelgazamiento estable a causa de vínculos de tipo biológico y psicosocial. Por lo tanto, es útil intervenir de modo preventivo tratando el sobrepeso incluso antes de la adolescencia. Los factores que intervienen en la regulación del peso corporal son muchos, pero debemos poner el foco sobre la glucemia. Después de una comida, especialmente si es rica en carbohidratos, la concentración de glucosa en sangre aumenta y genera el llamado‘pico glucémico’. Mediante su regulación se puede intervenir también sobre la respuesta de la insulina, elemento básico de la acumulación de las grasas. Actualmente, es posible gracias a las sustancias naturales. Existen estudios clínicos y preclínicos3,4,5,6 que confirman la eficacia de sistemas de sustancias naturales a base de macromoléculas de polisacáridos obtenidas de la celulosa, la opuntia, el glucomamano y los mucílagos del malvavisco, lino y tilo. Son sustancias que pueden ayudar a evitar un pico glucémico elevado después de la comida, manteniendo la concentración de la glucosa y la insulina en la sangre más constante, permitiendo un uso correcto de la glucosa por parte del organismo, evitando la acumulación de grasas en los adipocitos y controlando, con ello, las ganas de comer.

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